(10-06-2012)
¡Por fin, ya era hora de acabar con este
sinvivir! Después de tanto negarlo el bueno de Mariano, después de haber
cortado cabezas en su propio partido a quien osó aceptarlo como posibilidad,
tan sólo hace dos días... Pedro negó a Cristo tres veces, y fue el primer papa
de su Iglesia. Mariano se ha negado a sí mismo más de mil veces en sólo seis
meses de gobierno. ¿Qué cargo extraordinario le reservará el destino? La
voluntad de dios es insondable. Sólo Él conoce sus designios y el destino que
reserva a los cobardes y a los mentirosos.
Mariano no sale a la palestra. El que iba a
llamar al pan pan y al vino vino escurre el bulto tras el rictus desabrido de
Guindos o tras las enaguas de Soraya, la mensajera del miedo.
Y yo quiero saber cuánto me costará el rescate
de "nuestro" sistema financiero, de esa banda, -sí, bandidos,
¡claro!- sin código moral ni capacidad profesional, por lo que puede
verse, que nadie ha controlado. Ellos sí, es indudable, han vivido por encima
de "nuestras" posibilidades. Por ahora sabemos lo que nos ha
costado hasta el momento. Caminamos hacia el pasado a la velocidad de los
neutrinos. Ya nos hemos dejado en el camino treinta años de conquistas
sociales.
Veo - y es el dolor más inmediato porque es el
más reciente- que se quedarán al margen los hijos de la crisis, a los que
preparé para estudiar carreras en la Universidad en un instituto del
extrarradio urbano de una ciudad cainita y narcisista cuyas familias no pueden
costearles la matrícula.
Pero quiero saber, mejor hoy que mañana,
cuánto nos costará a los que financiamos el mayor catálogo de indignidades que
nunca nos habían infligido en menos tiempo, cuántos puntos de IVA habré
de soportar cada vez que vaya a la tienda de la esquina, cuántos años habré de
prolongar mi vida laboral, cuánto recorte habré de soportar en la pensión por
la que he cotizado toda una larga vida laboral. Ya hemos oído que la esperanza
de vida de los jubilados que reciben prestaciones del sistema, - los otros no
cuentan, pueden morir en paz en las cunetas cuando a bien lo tengan- es una
carga insoportable para el estado. Algo se os ocurrirá, me temo.
"Son los riesgos del sistema" - nos
diréis. "A veces se pierde, a veces se gana". Son los riesgos de
daros la oportunidad de gobernar - añado yo. Vosotros siempre habéis
privatizado el beneficio. Para el pueblo que os dio la mayoría dejáis la ruina,
a escote entre los que apenas si pueden alimentar a la familia. Os dio la
mayoría, y habéis interpretado que os dio permiso para convertirlo en el vertedero
de cualquier inmundicia del sistema.
¡Enhorabuena! ¡Rescatados! Ya no somos
los náufragos del sur, en esta Europa sin ideas, sin sentido colectivo, de
frutos tan tardíos.
¡Se van a enterar en la Eurocopa!
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