(27-04-2012)
“España necesita un
gobierno que le diga la verdad”. Mariano Rajoy dixit .
Empeñado en desmentir con cada uno de sus actos cualquiera de las promesas
electorales, o de investidura, no nos resulta difícil de aceptar que él y
su gobierno se empeñen en contradecir exactamente aquella afirmación y de regar
de mentiras cada una de sus comparecencias públicas Sería más
honesto el reconocimiento de sus intenciones verdaderas. Porque el verdadero
objetivo del Partido Popular es reducir al Estado a su mínima expresión, dando
con ello cumplimiento al objetivo universal del liberalismo radical. Eliminar
el control político – es decir ciudadano- sobre el capitalismo especulativo.
Tiene un nombre, un eufemismo envenenado: desregularización de los
mercados.
La derecha política española es perezosa, intelectualmente endeble,
maneja una concepción del estado anclada en el neoliberalismo más radical
y carece de iniciativas políticas que se puedan aplicar con eficacia a la
situación que vivimos. Es como cualquier derecha, pero más primaria, más
aldeana, menos civilizada por el influjo de la cultura política - de la que
carece en su mayor parte- y de las relaciones internacionales, - que no ha
practicado casi nunca-, con muchos residuos franquistas en su mezcla
ideológica, como el autoritarismo que le aflora con facilidad y la soberbia. Es
una derecha plagada de complejos. Nos llevará a la parálisis económica y a un
clima político de rebelión ciudadana, porque, si tiene margen de tiempo,
desmontará absolutamente los cimientos del estado democrático que nos hemos
dado y que garantizaba, en gran medida, los pilares de la igualdad efectiva
ante la Ley, por ejemplo, la educación pública gratuita , la sanidad
pública gratuita y universal , y las condiciones dignas de trabajo.
Deberían decirlo
claramente. Si ese es el proyecto en el que confían, deberían decirlo.
Lejos de ello, cada
una de las medidas con las que van dando cumplimiento al programa oculto
de dejarnos huérfanos del estado garante de nuestros derechos fundamentales, se
justifican en mentiras que insultan la inteligencia humana, que suponen un desprecio
absoluto por sus conciudadanos. Cinismo y desprecio a la ciudadanía que le
otorgó la mayoría absoluta.
En la justificación
de sus medidas, el Partido Popular ha urdido dos mentiras básicas; en ellas
sustenta las demás, que son legión. “La crisis la ha generado el
anterior gobierno”.
No podíamos
imaginar la profundidad de la influencia internacional de los gobiernos de
Zapatero ¡La que han liado! Veinticinco millones de parados en Europa. Tres
países intervenidos y con un largo futuro de ruina y desesperación.
Varios al borde de esa quiebra diseñada con la que nos amenazan cada día.
Sólo faltaría que Europa y el mundo nos demanden por daños y perjuicios
incontables.
“No hay otras
medidas. Lo que estamos haciendo es exactamente lo que hay que hacer para salir
de la crisis”
Esta es una mentira
tremendamente útil. Mucha gente de buena voluntad la cree. Muchas personas
asumen la culpa. “Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”- se dicen.
“Es razonable que ahora nos exijan sacrificios”. Lo peor de esta mentira
maliciosa es que genera en muchos ciudadanos una actitud de sumisión culpable.
Está bien diseñada. Pero si estuviéramos bien representados en el Parlamento,
si hubiera , al menos, una voz valiente que nos representara de verdad ,
habríamos escuchado que los recortes que el Partido Popular ha diseñado no
serían necesarios con una fiscalidad justa:
Casi un tercio de
la economía española es economía sumergida, escapa al control fiscal del
Estado. Entre 65.000 y 90.000 millones de euros, según cálculos de los propios
servicios técnicos de Hacienda, deja de percibir el erario público como
consecuencia del fraude. No es noticia. Lo sabe cualquiera.
Las transacciones
financieras – miles de millones cada día cambian de mano- prácticamente no
pagan impuestos.
Las SICAVs , esa
urdimbre de evasión fiscal autorizada , agrupan a los grandes capitales de este
país – y de los demás- y sólo pagan el 1% de impuestos.
El 80% de las
empresas españolas que cotizan en Bolsa están radicadas en otros países para
evitar el impuesto sobre la actividad empresarial.
El Banco Central
Europeo (BEC) presta miles de millones a la Banca al 1% para que la Banca, el
capitalismo especulativo que generó esta crisis, compre deuda de los estados
soberanos al 4% , al 5%, al 6% o a intereses superiores en la deuda a largo
plazo, es decir , para que obtenga beneficios de nuestras dificultades e
hipoteque nuestro futuro y nuestro acceso a los servicios públicos que
garantiza la Constitución.
Sin embargo se
empeñan en mentirnos: “Lo que estamos haciendo es lo que hay que hacer, lo
único que podemos hacer para mejorar en el futuro. Y sobre esta
mentira y esta dejación se teje la ruina del país y se desmonta el estado
protector para mantener los privilegios de una minoría de ricos.
“Esa es la política
de la Unión Europea” nos cuenta Mariano Rajoy. No, señor presidente; no es la
política europea. Es la política de la derecha europea más reaccionaria del
último medio siglo. La derecha europea que ha olvidado que la Europa que
quisimos construir era la Europa de los pueblos. Los 25 millones de parados que
hoy se ven privados de ese derecho fundamental del ser humano son la Europa que
reclama el esfuerzo de su clase política. Los multimillonarios saben cuidarse
solos.
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