19-07-2012
La canciller no está segura
La canciller no está segura de que la unión política o fiscal que parece la vía más razonable para Europa en el futuro a corto plazo vaya a funcionar. La canciller no está segura de que Alemania, la sacrificada Alemania, la honesta Alemania, la siempre racional Alemania vaya a poder garantizar la supervivencia del euro.
¡Qué extraordinario sueño de grandeza! ¿Quién la ha elegido canciller de Europa? Bastaría con que Alemania dejara de atacar al euro y a la propia eurozona con su política económica a todas luces perjudicial. Prácticamente todo el mundo desarrollado, salvo el ultraderechista partido Republicano de los Estados Unidos, ha intentado hacerla entrar en razón. Es la actitud alemana la que está acrecentando la dureza y durabilidad de la crisis en Europa. Esta mujer tiene los conocimientos de economía de cualquier ama de casa. Sus propuestas son válidas para la economía de una familia. Para un conglomerado complejo de países como Europa, su política económica, la que los demás le están dejando imponer, conduce a la catástrofe. Y lo estamos comprobando.
Ayer ha exigido nuevos recortes al gobierno de Rajoy. La obscena prepotencia de esta mujer parece no tener límites. No he votado a Rajoy, pero unos millones de españoles si lo hicieron. Que sepamos, ninguno la ha elegido a ella para regir nuestro destino como pueblo.
Ampara sus exigencias en dos elementos peligrosos.
El primero, es el victimismo de la nación alemana, pagadora de los excesos del perezoso sur. De paso, criminaliza, acusa, desprecia y amenaza a naciones enteras, a pueblos soberanos tan dignos como pueda serlo el pueblo alemán. El caso griego clama al cielo. Y empieza a reproducirlo con exactitud con este país.
Y miente. Recientemente, a principios de julio, - “El cuento de hadas alemán”- (El País, 17 de julio), el presidente del Partido Socialdemócrata Alemán, con datos exhaustivos en la mano, ha rebatido su victimismo y ha demostrado que desde que existe la unión monetaria, Alemania ha recibido casi 600.000 millones de euros más de los que ha puesto para ayudas financieras a los socios. Alemania es ganadora neta de más de medio billón de euros comunitarios. Miente. También ella utiliza mentiras interesadas para defender sus propuestas ante el pueblo alemán.
El segundo elemento peligroso de Merkel es que acaricia en su interior la idea del Imperio Alemán. Otra vez.
Cada vez que Alemania ha enarbolado esa ambición como bandera, el mundo ha sufrido una catástrofe. En otras ocasiones, el saldo negativo fueron millones de muertos. Por ahora, el saldo se cuenta en millones de vivos, condenados al paro, al sufrimiento, a la amargura, a la desesperanza. Las señales de una profunda recesión mundial llegan en procesión creciente, anunciando el tsunami.
Quizá la Unión Europea debiera plantearse si no sería conveniente invitar a Alemania a abandonar nuestra indeseable compañía.
La canciller no está segura de que la unión política o fiscal que parece la vía más razonable para Europa en el futuro a corto plazo vaya a funcionar. La canciller no está segura de que Alemania, la sacrificada Alemania, la honesta Alemania, la siempre racional Alemania vaya a poder garantizar la supervivencia del euro.
¡Qué extraordinario sueño de grandeza! ¿Quién la ha elegido canciller de Europa? Bastaría con que Alemania dejara de atacar al euro y a la propia eurozona con su política económica a todas luces perjudicial. Prácticamente todo el mundo desarrollado, salvo el ultraderechista partido Republicano de los Estados Unidos, ha intentado hacerla entrar en razón. Es la actitud alemana la que está acrecentando la dureza y durabilidad de la crisis en Europa. Esta mujer tiene los conocimientos de economía de cualquier ama de casa. Sus propuestas son válidas para la economía de una familia. Para un conglomerado complejo de países como Europa, su política económica, la que los demás le están dejando imponer, conduce a la catástrofe. Y lo estamos comprobando.
Ayer ha exigido nuevos recortes al gobierno de Rajoy. La obscena prepotencia de esta mujer parece no tener límites. No he votado a Rajoy, pero unos millones de españoles si lo hicieron. Que sepamos, ninguno la ha elegido a ella para regir nuestro destino como pueblo.
Ampara sus exigencias en dos elementos peligrosos.
El primero, es el victimismo de la nación alemana, pagadora de los excesos del perezoso sur. De paso, criminaliza, acusa, desprecia y amenaza a naciones enteras, a pueblos soberanos tan dignos como pueda serlo el pueblo alemán. El caso griego clama al cielo. Y empieza a reproducirlo con exactitud con este país.
Y miente. Recientemente, a principios de julio, - “El cuento de hadas alemán”- (El País, 17 de julio), el presidente del Partido Socialdemócrata Alemán, con datos exhaustivos en la mano, ha rebatido su victimismo y ha demostrado que desde que existe la unión monetaria, Alemania ha recibido casi 600.000 millones de euros más de los que ha puesto para ayudas financieras a los socios. Alemania es ganadora neta de más de medio billón de euros comunitarios. Miente. También ella utiliza mentiras interesadas para defender sus propuestas ante el pueblo alemán.
El segundo elemento peligroso de Merkel es que acaricia en su interior la idea del Imperio Alemán. Otra vez.
Cada vez que Alemania ha enarbolado esa ambición como bandera, el mundo ha sufrido una catástrofe. En otras ocasiones, el saldo negativo fueron millones de muertos. Por ahora, el saldo se cuenta en millones de vivos, condenados al paro, al sufrimiento, a la amargura, a la desesperanza. Las señales de una profunda recesión mundial llegan en procesión creciente, anunciando el tsunami.
Quizá la Unión Europea debiera plantearse si no sería conveniente invitar a Alemania a abandonar nuestra indeseable compañía.
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