Vistas de página en total

martes, 31 de julio de 2012

Gunilla ya no se divierte en Puerto Banús

En el sitio más inesperado surge la inspiración. A veces, la inspiración deriva de un consejo experto, sabio, reflexivo, nacido en una cabeza ejemplar. En esta ocasión no tiene desperdicio.
            Hay que escuchar esa voz autorizada, ese prodigio intelectual que alumbró la Europa aristocrática que sobrevivió a su propia degeneración, amparada en la maraña de sus antiguos e injustos privilegios. Ella nos enseña el camino.
            En el magazine semanal de El Mundo, la incomparable Gunilla von Bismark, de profesión condesa, “bisnietísima” del canciller Otto, nos conmina a los españoles a trabajar más, a gastar menos y a hacer menos fiestas.
            Se comprende su confusión. Ella cree que España es aquella Marbella que colonizó en tiempos mejores, el único lugar del mundo donde antes era reconocida – ya no- precisamente por sus fiestas exclusivas y lujosas.
            Precisamente la razón de afincarse en Marbella, de la que se autoproclamaba la reina sin corona, según su propia afirmación,  fue  que Puerto Banús era el lugar de la tierra donde más fiestas se celebraban y a ella le encantaba bailar hasta el amanecer.
            ¡Ejemplar!
            Nos recomienda  que seamos laboriosos alguien cuyo única ocupación conocida es ejercer de condesa; quien la mitad de su vida, tras una larga noche de sarao, se ha ido a la cama cuando los demás nos estábamos levantando para acudir al tajo; quien no ha conocido penurias porque el mes dura más que la nómina miserable; quien no ha hecho nada para merecer semejantes privilegios, salvo  nacer donde nació.
            La opinión de estos parásitos residuales del sistema social , de sangre azul según mantienen ellos, no tiene desperdicio. El “duquesito” de Alba, de oficio jinete deportivo, o así, sea eso lo que sea, descalificaba a los jornaleros andaluces no hace mucho; en su opinión,  son seres sin ambiciones verdaderas de prosperar en la vida,  habituales de las tascas del pueblo donde ejercen de bebedores subvencionados por el PER.
            Ahora esta Gunilla, desde las páginas de ese paradigma de prensa independiente y objetiva, retuerce el tópico que alimenta la Europa reaccionaria como justificación a sus desmanes.
            Somos vagos, gastosos, irresponsables. Nos merecemos esta crisis. Lamenta solamente que, por culpa de nuestras malas costumbres, ahora ni Puerto Banús resulta divertido.
       ¡Una lástima, señora condesa! 



viernes, 27 de julio de 2012

Keynes ha muerto. La UE lo certifica



Fernando López Amor así lo afirma en la Comisión de Economía del Congreso. Nada que objetar. Semejante aseveración viene de una persona autorizada. Es un veterano de la política, experto en transformismo. Tanto tiempo con destinos políticos de relevancia en partidos políticos distintos le ha hecho olvidar su condición de funcionario público, de servidor del Estado al que su actual partido destruye poco a poco.  
            Verborrea irreflexiva que mana del partido que está desmontando la España democrática.
            Basura ideológica reciclada en palabrería hueca. Miseria intelectual. Repetición mecánica de las máximas de los economistas más reaccionarios de las Universidades Privadas Americanas. Así uno parece persona preparada. Simulación en suma de convencimientos que ni se han masticado.
             Keynes no ha muerto, pero quieren matarlo.
            “Ningún estado tiene justificación” palabra de Thacher en su día. Y les marcó el camino.
            Barra libre a los bandidos.  Keynes daría igual. En realidad, la pretensión es dejarnos sin estado, sin derechos, rodeados de leyes que nos dejan indefensos. Y culpables.  Amnistía para los canallas. Indefensión para el resto de la humanidad.
            El señor diputado tendrá buena memoria; nadie lo duda;  memorizó los temas de su oposición a Inspector Tributario del Estado. Su inteligencia crítica es dudosa, sin embrago. Ese cortejo funerario en el que quieren acompañar a Keynes a la tumba ha generado medio millón más de desempleados durante los meses de gobierno de su partido. Y si no decimos a Keynes,  como a Lázaro, “levántate y anda”, la situación será irrecuperable.
            Gente como este Fernando López Amor, si no fuera un sentimiento contradictorio, daría pena. Aún está en aquella fase de nuestra historia en que dedicarse a la política era manifestar adhesión incondicional. Lo suyo es adhesión incondicional, como la de su partido en masa, a las políticas impuestas por aquellos que, después de arruinar a los países, quieren expulsarlos del euro.
           Con nosotros aun están en el proceso de arruinarnos. Pronto propondrán que se nos expulse también del euro.El proceso de Grecia se está repitiendo paso a paso. 
            ¡Siga matando a Keynes, idiota seguidista! 
            ¡Siga voceando  teorías interesadas que ni se ha parado a analizar! 
          Si no está ya para leer algún libro, mire a su alrededor, irresponsable; lea, al menos, la prensa,  la independiente digo, y no la que editan los esbirros, los corifeos serviles de su partido.
             Y analice, si su adhesión se lo permite, en que ha convertido al sur de Europa el funeral de Keynes.
            ¡Hay que joderse! Por seguir la moda que ha instaurado la diputada Fabra. 













Si yo fuera de izquierdas (II)


Hubo una vez en Europa una derecha democristiana, humanista, con conciencia social, que hizo posible, trabajando codo con codo con los partidos socialdemócratas, el proyecto de una Europa unida y capaz de afrontar los problemas de la globalidad con posibilidades de éxito. La Europa de los ciudadanos la llamábamos.
Esa derecha ha sido carcomida en sus entrañas. Se ha transformado en la derecha  fundamentalista y asilvestrada que todos conocemos, la que afirma sin rubor que Keynes está muerto. Y sin rigor. Con el servil empeño de convertir  sus políticas de tolerancia infinita con los mercados, el capitalismo especulativo desprovisto de máscara alguna, en el único camino posible para la economía del futuro. Es decir, para la ruina de la mayoría; para la anulación efectiva de los sistemas democráticos; para la suplantación de la soberanía de los pueblos; para llevar al paroxismo la distribución desigual de los recursos; para la condena de la mayor parte de la humanidad a condiciones de vida lamentables, con el único objetivo de que los ricos sean cada vez más ricos. 
Esa derecha deshumanizada, cuyo único código de valores es el dinero, tuvo su padre y su madre. Ningún asesino en serie se produce por partenogénesis. Y actuaron por encargo. Ronald Reagan y Margaret Thatcher engendraron al dragón que sobrevuela nuestras vidas. Fue una relación sin el adorno imposible de la pasión. Fue casi sexo de laboratorio, programado, para generar un hijo deforme, voraz, irracional, cínico, sin conciencia de culpa. Demoledor, también. Ha socavado los cimientos de Europa antes  de que  tuviéramos tiempo de terminar de diseñarla.
De esa derecha no podemos esperar sino los frutos visibles que hoy padecemos. Y a medio plazo, la desaparición de la Unión Europea, con consecuencias devastadoras para la mayor parte de sus integrantes.
Si yo fuera de izquierdas, de esa socialdemocracia con cuya aportación imprescindible fue posible la esperanza de una Europa humanista, solidaria, eficaz, equilibradora de las desigualdades, si yo fuera de esa izquierda y aún creyera que la Europa de hoy es un problema, pero que en ella reside la esperanza de un futuro mejor, estaría convocando a los partidos hermanos a un congreso europeo, para tratar de rediseñar la Europa del futuro, de diseñar programas políticos comunes con medidas razonables y justas para recuperar la economía y el empleo, con reformas fiscales realistas y ajustadas a los principios de equidad y progresividad, con medidas disuasorias para la especulación desaforada que destruye el futuro de millones de personas, con un código ético innegociable para los responsables de ejecutar esos programas.
Si yo fuera de izquierdas tendría hoy un objetivo prioritario: recuperar la confianza de la ciudadanía con propuestas comunes y esperanzadoras y desbancar a la derecha de cualquier parlamento de Europa. A partir de ahí, nos cabría alimentar alguna esperanza en el futuro. De otro modo, la ruina.

miércoles, 25 de julio de 2012

Hay esperanzas, todavía estamos mejor que Chipre

En seis meses el gobierno del PP nos ha hundido en la ruina definitiva y en el descrédito absoluto. La prima de riesgo se llamaba Rodríguez Zapatero. Era cuestión de tener un gobierno como dios manda, que sabía lo que había que hacer.
La realidad, ahí la tenemos. Duele enumerar los destrozos que han causado en sólo medio año. ¡Basta ya de recurrir a la herencia recibida! Sabían lo que había que hacer, ¡válgame dios! y el pueblo les dio la mayoría absoluta confiando en su palabra.
Menos mal que lo sabían . Somos un pueblo afortunado, a fin de cuentas.
La política económica diseñada por Alemania y asumida alegremente por un gobierno sin criterio y sin proyecto verdadero ha logrado su efecto venenoso.
Mil voces autorizadas lo han vaticinado inútilmente, durante mucho tiempo. La historia ya ha demostrado con creces a dónde conduce la política económica obsesionada por el control del déficit y el olvido de las políticas de empleo. Al sumidero en el que estamos; a la ruina.
Ahora tenemos por delante un largo camino de miseria, de colonización por parte de otros pueblos, de atraso en la investigación, de dependencia humillante, de educación mediocre, de servicios públicos limitados, de país que se avergüenza de sí mismo. 
Unos veinticinco años de pobreza de diseño según los cálculos más generosos. Seguramente yo no seré testigo del fin de esta ignominia. 
¡Habrá que darle las gracias a esta derecha zafia, soberbia y primitiva por este impagable servicio! ¡Que nos jodan! ¿No...?

martes, 24 de julio de 2012

¿Intervención o colonialismo?

Es evidente. La hidra de la deuda y sus desmesurados intereses nos asfixian. Pero no sólo nos deja  el presente bombardeado como el escenario de un campo de batalla. Nos aleja el futuro normalizado. Y normalizado significa con un crecimiento razonable que permita la generación de empleo. Ese es el drama principal de varios millones de personas. No sabemos cuándo eso será posible.
Será preciso reconocer que no hemos hecho las cosas como habría sido razonable. Lo hemos analizado ya mil veces. Pero no hemos ido solos por el camino equivocado. En el origen de esta situación estuvo Europa y sus excedentes de dinero; Alemania y su burbuja tecnológica. En aquellos momentos el BCE si actuó de forma decidida.
La cuestión más lacerante es que las terribles consecuencias de esta crisis no serían necesarias. Una actuación más decidida de la Unión Europea, su Banco Central, la habría frenado ya hace tiempo. Quizá no tendría ni que comprar deuda de los países más atacados por los especuladores. Quizá habría bastado con advertir de que, a partir de un determinado nivel de intereses, intervendría para comprarla y para defender a los países de la Unión del ataque desaforado de los mercados. Sea esta una crisis de confianza, de liquidez o una mezcla de ambas, el BCE podría haber hecho bastante más.Debería estar haciéndolo ahora mismo.
Y algo es meridianamente claro. Mientras nos mantengamos en el sistema euro, no saldremos solos. Será con Europa o no será. Y las perspectivas no son esperanzadoras. Incluso con Europa, el sufrimiento de los países intervenidos será duradero, insoportable por lo que estamos viendo. La intervención de Europa es casi una condena a la pobreza duradera, una pendiente pronunciada cuya sima será el subdesarrollo cuyo retorno a la Europa orgullosa de sus logros  parecía imposible.
Reconozco que yo me he sentido orgulloso de ser europeo durante bastante tiempo.
Reconozco , también, que esta Europa de hoy es decepcionante.
Ahora el sufrimiento humano nos ensucia la mirada en cada noticia nueva. El miércoles, 18 de julio, era titular en toda la prensa portuguesa una consecuencia de las condiciones inhumanas a las que se ven abocados los países rescatados. Dieciséis ciudades importantes del país habían cerrado definitivamente los servicios de urgencia hospitalaria. 
Por poner un ejemplo. 
Hay quien opina que la Europa del norte, rica, organizada, disciplinada está castigando al indolente sur. No me lo creo. No creo que sea una cuestión de principios morales, de aplicar el dicho preterido de que "la letra con sangre". Tampoco creo que la Europa del norte haya olvidado sus desmanes y se considere intachable  y moralmente superior.
Hay quien opina que la Europa del norte, rica y menos afectada por la crisis, teme un contagio que afecte también a sus propias economías. Eso , desde el punto de vista de la sociedad europea, es más creíble. Los ideólogos de la derecha europea así los predican cada día. Y habrá que reconocer que el diseño de Europa nació defectuoso. Nos salió de fábrica una Europa insolidaria , interesada, ineficaz en la mala hora .
Y puestos a darle trabajo a la malicia, cabría maliciarse hasta qué punto la intervención del sur no es un magnífico negocio. Una nueva forma de colonialismo con parecidas justificaciones a las que emplearon las potencias industriales europeas en el XIX para dar salida a sus excedentes y garantizarse mano de obra semiesclava. "Como ellos no saben, habrá que ayudarles a gobernar sus vidas y sus economía".
A cambio de una ayuda financiera - inversión de sus excedentes- que llega con cuentagotas se establecen condiciones inhumanas, de explotación de todo un país al que se tiene de rodillas, se minimiza a los Parlamentos Nacionales, se desvirtúa la propia democracia representativa, se impide el sagrado ejercicio de la soberanía, se modifican, de hecho, las constituciones y se sacrifican derechos duramente conquistados porque son privilegios demasiado costosos. Por ejemplo, los servicios de urgencia en Portugal.
Y, sobre todo, se sacan dividendos. La intervención - ocupación de hecho - de un país es probablemente la mejor inversión para el capitalismo especulativo. Han creado las condiciones y se aprestan a dar el golpe definitivo. 
Si , además, se cuenta con el apoyo de un gobierno sin criterio, sin valentía, o sencillamente cómplice, miel sobre hojuelas.
¡No descartéis la intervención total! La Europa del norte, tan rica, tan eficaz, tan rigurosa,- tan inmoral, también- probablemente acaricia la idea de controlar a un país con un PIB que ronda el billón de euros.
Sí, los mercados han suplantado ya a la democracia. Y esta Europa usurera no merece respeto ni adhesión.
El capitalismo especulativo tiene a un país más al borde de la quiebra. En lugar de afrontar el problema con los numerosos recursos de que dispone - regular la especulación con fuertes medidas impositivas, por ejemplo; intervenir con los recursos del BCE para desanimar estos ataques-, la Europa rica, eficaz, organizada, rigurosa,  se apresta negociar que porción de nuestros despojos le toca en el reparto.

lunes, 23 de julio de 2012

La honorable Merkel también miente


19-07-2012
            La canciller no está segura
La canciller no está segura de que la unión política o fiscal que parece la vía más razonable para Europa en el futuro a corto plazo vaya a funcionar. La canciller no está segura de que Alemania, la sacrificada Alemania, la honesta Alemania, la siempre racional Alemania vaya a poder garantizar la supervivencia del euro.
 ¡Qué extraordinario sueño de grandeza! ¿Quién la ha elegido canciller de Europa?  Bastaría con que Alemania dejara de atacar al euro y a la propia eurozona con su política económica a todas luces perjudicial. Prácticamente todo el mundo desarrollado, salvo el ultraderechista partido Republicano de los Estados Unidos, ha intentado hacerla entrar en razón. Es la actitud alemana la que está acrecentando la dureza y durabilidad de la crisis en Europa. Esta mujer tiene los conocimientos de economía de cualquier ama de casa. Sus propuestas son válidas para la economía de una familia. Para un conglomerado complejo de países como Europa, su política económica, la que los demás le están dejando imponer, conduce a la catástrofe. Y lo estamos comprobando.
Ayer ha exigido nuevos recortes al gobierno de Rajoy. La  obscena prepotencia de esta mujer parece no tener límites. No he votado a Rajoy, pero unos millones de españoles si lo hicieron. Que sepamos, ninguno la ha elegido a ella para regir nuestro destino como pueblo.
Ampara sus exigencias en dos elementos peligrosos.
El primero, es el victimismo de la nación alemana, pagadora de los excesos del perezoso sur.  De paso, criminaliza, acusa, desprecia y amenaza a naciones enteras, a pueblos soberanos tan dignos como pueda serlo el pueblo alemán.  El caso griego clama al cielo. Y empieza a reproducirlo con exactitud con este país.
Y  miente. Recientemente, a principios de julio, - “El cuento de hadas alemán”-  (El País, 17 de julio), el presidente del Partido Socialdemócrata Alemán, con datos exhaustivos en la mano, ha rebatido su victimismo y ha demostrado que desde que existe la unión monetaria, Alemania ha recibido casi 600.000 millones de euros más de los que ha puesto para ayudas financieras a los socios. Alemania es ganadora neta de más de medio billón de euros comunitarios. Miente. También ella utiliza mentiras interesadas para defender sus propuestas ante el pueblo alemán.
El segundo elemento peligroso de Merkel es que acaricia en su interior la idea del Imperio Alemán. Otra vez.
Cada vez que Alemania ha enarbolado esa ambición como bandera, el mundo ha sufrido una catástrofe. En otras ocasiones, el saldo negativo fueron millones de muertos. Por ahora, el saldo se cuenta en millones de vivos, condenados al paro, al sufrimiento, a la amargura, a la desesperanza. Las señales de una profunda recesión mundial llegan en procesión creciente, anunciando el tsunami.
Quizá la Unión Europea debiera plantearse si no sería conveniente invitar a  Alemania a abandonar nuestra indeseable  compañía.

¡Que se joda España! Demencial


(18-07-2012)
            Parecía que Guindos no tenían parangón como pirómano. Debe ser la proximidad de sus carteras, o la competitividad imprescindible para ocupar espacio en las páginas de historia que emborrona este gobierno, pero el caso es que el ministro  Montoro no le va a la zaga.
            Probablemente él solo quería afear a la oposición que haya presentado recurso de inconstitucionalidad contra el Decreto Ley de amnistía fiscal para los delincuentes que esquilman al Estado y ponen en peligro servicios imprescindibles y derechos de la ciudadanía.
            El hombre ha venido a decir con sus mejores intenciones que si no hay ingresos peligran hasta las nóminas ¡Estupendo! Ese termómetro inmoral que llaman prima de riesgo se ha subido a las nubes en cuestión de minutos. Y el dogal que nos tiene prendidos por el cuello ha aumentado su presión hasta hacerse insoportable.
            Recientemente, portavoces del Partido Popular han afeado las manifestaciones desesperadas de los funcionarios públicos saqueados porque desdicen de España y ponen en riesgo la confianza que tan duramente busca el gobierno cada día con el sudor de su frente, con nuestros magros sueldos y con la supresión de nuestros derechos fundamentales.
            ¡Demencial!
            Son, además de perjudiciales, soberbios, irracionales e insolidarios.
            ¿No podía prever el ministro las inmediatas consecuencias de sus palabras? ¿Cuántos millones ha costado al Estado, es decir, a todos nosotros, su imprudencia? ¿Qué otro complemento habrá que arrebatar a los funcionarios para hacer frente a su desliz? Seguro que hay funcionarios de Hacienda capaces de calcularlo con exactitud.  Nos gustaría saberlo.
            ¿Qué se joda España sería una expresión excesiva y poco apropiada en esta ocasión…?
                        Un consejo gratuito, ministro Montoro:   aumente la plantilla de los inspectores de Hacienda, si fuera necesario. No conceda amnistías inmorales. ¡Persiga el fraude! Verá – lo veremos todos- cómo la crisis resulta infinitamente más llevadera.
            Y de paso, aunque poco, disminuirá el paro. Y mejorará el consumo. Y las cotizaciones de la Seguridad Social. Y estaría gobernando, en lugar de arruinando un poco más el miserable futuro que ustedes nos tienen diseñado.
            ¡Tenga un ápice de dignidad! ¡Dimita, soberbio irreflexivo!  Usted, al menos, no irá al paro. Siguiendo la costumbre, ya tendrá entreabierta alguna puerta de esas que están  siempre dispuestas a aprovechar la experiencia incalculable de los ministros de Hacienda de su partido. Siga el ejemplo de Rato. Lleva ya usted demasiado tiempo dedicado al partido. Quizá sea ya hora de labrarse un patrimonio como él ¡Qué menos!

El rastro de un perro en una plaza


18-07-2012
            Primero, apenas desembarcaron con la algarabía de su mayoría absoluta, fue necesario tranquilizar a la caverna  episcopal y adelantó el programa ideológico con el que quería reconvertir Educación para la Ciudadanía en un instrumento, ahora sí, burdamente manipulador.
            Luego, los recortes que defendió la señora Cospedal como el resultado del programa del Partido Popular en su búsqueda de la excelencia educativa. Lo tildamos de cinismo, por utilizar palabras educadas. Wert se lució en aquellos días con su desprecio a los rectores y con las  intervenciones soberbias de un tipo sin sentido de Estado, que concibe el gobierno como el ejercicio del poder contra la parte de los ciudadanos que no comparte su opinión.
            Lo mandarían callar, porque no se ha hecho notar durante un tiempo excesivo para un tipo como él, necesitado de manifestar su exuberancia con relativa asiduidad. Ejerce uno durante un tiempo de tertuliano y luego, acostumbrado al brillo de los focos de los estudios, no se soporta el silencio y el que debiera ser trabajo reposado y reflexivo de los despachos ministeriales.
            Quizá es que no tocaba. Bastante había con el rescate “suave” y las “suavísimas” medidas que la Europa rica y el FMI nos estaban cocinando.
            Después de la ampliación del horario del personal docente, después de la ampliación de las ratios, después de la supresión de muchas becas o el encarecimiento de su consecución, después de atentar contra los programas de atención a la diversidad, y casi contra cada una de las medidas inclusivas de la Enseñanza Pública, ya era hora de que tomara cuerpo alguna medida encaminada a la excelencia que tanto han predicado.
            “Inventa algo, ministro”- le dirían.  “Lo que se te ocurra”. Y el ministro Wert, lúcido, brillante, tan ocurrente como acostumbra, sacó de su chistera la solución perfecta. “Lo tengo” “Recuperamos las reválidas”. Tres por si hubiera dudas. Al terminar Primaria, al terminar Secundaria y al terminar Bachillerato. Lo justifica de una manera incontestable: al saberse objeto de esos exámenes, todos se esforzarán más y lograremos la excelencia de una manera natural. ¡Y sin necesidad de gastar un solo euro, lo que ya el colmo de la eficacia!
            Pues bien, ministro, lumbrera no suficientemente reconocida, ya puestos podíamos hacer una reválida trimestral. Al final, todos físicos de la NASA o ministros de Educación.
            ¡Habrase visto desfachatez!
            El objetivo es otro. Buena parte del alumnado no tendrá segundas oportunidades; estará obligada a la eficacia desde la más tierna infancia o quedará condenada a la indefensión de los no capacitados para el mundo laboral competitivo y feroz que se avecina. Destinados a “reponedores” - con “mini jobs” por supuesto- en los supermercados alemanes, porque la señora Merkel, la que agita estas medidas envenenadas, sí exportará sus excedentes a los países pobres del miserable sur. Y este gobierno colabora de la forma más servil que se haya conocido en democracia.
            Deben considerar el Ministerio de Educación algo así como una plaza de pueblo. Cuando está solitaria llega un perro sin collar, olfatea los rincones y va dejando su rastro por las patas de los bancos de forja, en los troncos de los escasos árboles, en los soportes de las papeleras que el Ayuntamiento colocó en tiempos de bonanza. Luego el perro se marcha. Quizá en algún rincón de su cerebro late la idea de que ha cumplido con un imperativo ineludible, borrar el rastro de otros perros que pasaron por allí, apropiarse la plaza durante el tiempo que perdure la huella de su paso. Pero en la plaza no ha cambiado nada. Tan sólo, la orina. De un perro.
            “¿De dónde saldrá el martillo verdugo de esta cadena…?”
            Quizá los ciudadanos que claman ahora en las calles y en las plazas sepan distinguir, cuando llegue la hora de elegir un nuevo parlamento, el color de las papeletas de los destructores del Estado y de nuestra depauperada dignidad como nación y las dejen a un lado, en la papelera, donde deben estar. 

España es un laboratorio "Ricardiano"


(17-07-2012)
            A medida que avanzamos hacia la ruina definitiva del país  con las medidas del gobierno cabe preguntarse si es por una especie de fidelidad a los principios del liberalismo radical  o si persiguen un objetivo real. Que hay que pagar nuestras deudas parece indudable; el cómo y el quién es lo que nos mantiene al borde de la ruptura social, porque muchos consideramos que las medidas son, además de injustas, ideológicas, inadecuadas e irresponsables.
            La sensación es que la aquiescencia del gobierno , por convencimiento o porque sigue dictados de algún poder oculto que es el que gobierna en realidad, España se está convirtiendo en un laboratorio de experimentación que bordea los comportamientos criminales, porque se trata, en realidad, de  un crimen contra la constitución y contra los ciudadanos. Un experimento “Ricardiano”. Se trata de saber cuál es el límite de resistencia vital de los trabajadores, los parados , los funcionarios. Se trata de saber con qué prestaciones mínimas se puede sobrevivir y ser todavía fuerza de trabajo aprovechable. Hay otro experimento aun más cruel, averiguar cuánto sobrevivirá una persona dependiente sin la ayuda de otros.
            Cuando ese límite esté claro y contrastado,  ya que no se pueden devaluar la moneda, devaluarán los salarios y los servicios de Estado justo hasta ese límite de supervivencia.    
            La devaluación de la moneda común sólo lo consiguió Alemania en los orígenes de esta crisis, para favorecer su exportación. En 2002 Alemania tuvo su particular burbuja tecnológica. Para superarla necesitó la devaluación del euro. Y el BCE inundó de dinero los circuitos financieros. Para Alemania funcionó. Nosotros vivimos el espejismo de la riqueza.
            Fue aquel tiempo en que nuestras Cajas de Ahorro inundaban nuestro correo con “prestamones”, el tiempo en que los directores de nuestras sucursales dejaban de hablarnos si no le aceptábamos un préstamo al consumo que no necesitábamos. Los préstamos hipotecarios solían exceder un 25% los costes reales de las viviendas que comprábamos. El Banco lo ofrecía por propia iniciativa. Y nos sentíamos encantados de haberlos conocido, tan amables, tan dispuestos, ten dadivosos. Aquello incrementó nuestra fragilidad. Cualquier economista sensato lo sabía. Pero sacar al gigante de su crisis bien valía el sacrificio del miserable sur. Nos preparaban para la hecatombe, término griego que significa  textualmente “sacrificio de cien bueyes”. Hemos sido los bueyes sacrificados por la estabilidad de Frau Merkel y su ordenada nación.
            Ahora toca releer a Ricardo. Todo el mundo es consciente, absolutamente todo el mundo, de que lo que vivimos es una crisis financiera con todas sus consecuencias. Pero la derecha ideológica se ha empeñado en hacernos creer que en España esta crisis ha sido causada por el mercado de trabajo, por el exceso de los salarios, de las prestaciones sociales o por  los costes salariales de los funcionarios y los servidores públicos.
            Y en cuestión de devaluación de salarios este gobierno de derechas si tenía un plan. En primer lugar se arbitra por decreto ley la reforma laboral, siguiendo al pie de la letra los dictados de la patronal. Ahora reduce las prestaciones por desempleo. La única alternativa que le quedará a los desempleados será aceptar los salarios de hambre, la esclavitud legalizada que han diseñado para ellos, si es que alguna vez se recupera el mercado de trabajo. Porque hasta ahora la reforma laboral sólo ha facilitado los despidos.
            Y en cuanto a los servidores públicos, la suerte está echada. Primero fue la campaña de desprestigio para que el resto de la ciudadanía se inhibiera en el previsible enfrentamiento; luego, la calculada masacre a la que está sometiendo los salarios públicos, la reducción de puestos de trabajo en los servicios que ha de prestar el Estado; y con ello, el deterioro de la calidad de vida de los ciudadanos.
            No son el gobierno. Son esbirros de los poderes fácticos e inhumanos que nos han parasitado la mayor parte nuestras vidas. Y, lejos de sacarnos de la crisis, están llevando  al país a la ruina a la velocidad de la luz

Y ahora orinan sobre nuestros cadáveres


(15-07-2012)
Son indecentes y cobardes. Les falta valentía y les sobra desfachatez y desvergüenza. España no merece más afrentas de un gobierno como éste.
¡Ni ante el Parlamento fue sincero este presidente lamentable!
Las medidas verdaderas, en inglés,  con nocturnidad y alevosía, como captó el diario El País, en la Web del Ministerio de Economía The  Spanish Economy.
Sólo sienten la necesidad de ser sinceros ante el amo europeo que los sujeta por el collar, con su plena complacencia.
En el Parlamento  disparaban sobre los funcionarios; en el BOE orinan sobre nuestros cadáveres.
Amontonan  contra los funcionarios disposiciones injustificables, injustas, seguramente inconstitucionales y uno diría que diseñadas por una persona sádica y frustrada porque no consiguió acceder a la función pública después de muchos intentos ; nos esquilman en el nombre de la necesidad; nos insultan y nos criminalizan. Una baja médica de entre uno y veintiún días nos penalizará, además de con las inconveniencias de la pérdida de salud, con una pérdida de salario que oscilará de un cincuenta por ciento a una cuarta parte , según la duración. La enfermedad es un delito, si eres una persona dedicada a la función pública.
¿Qué mente criminal puede diseñar semejante atentado contra los servidores públicos? ¿Qué mente irracional podría pensar que semejante  arbitrariedad calmará por fin a los mercados? ¡Qué extraordinaria excusa la  crisis para desmontar los servicios públicos como primer paso para su privatización!
¿Hay alguien ahí? ¿Hay una oposición que merezca ese nombre o es sólo un juego de rol y de simulaciones? ¿Hay ahí un tribunal constitucional  que pueda actuar de oficio ante el atropello a los principios constitucionales o son becarios temerosos de perder el favor de sus patronos?
No nos defenderá nadie. Atacar a los funcionarios no tiene coste político. Defenderlos no da réditos electorales. Tendremos que asumir con entereza una guerra contra estos desalmados hasta las últimas consecuencias. Ellos la han comenzado. O ellos, o nosotros. Nosotros somos fundamentales y ellos son una plaga sobre este país indefenso.
Ya lo dijo el poeta. ¡Hasta enterrarlos en la mar...!

¿Que se jodan...? ¡¡Hijadefabra!!


 Andrea Fabra  no sólo aplaude los recortes. ¡Que se jodan los parados a los que Rajoy recorta prestaciones!  ¡Que se jodan!  Por vagos.  Por inútiles. Podrían aprender de papi al que le ha tocado la Lotería nueve veces en los últimos diez años. Eso sí que es iniciativa. Así se hace fortuna honestamente y no engolfados en el retiro dorado del paro.
            Confirmó lo que ya sospechábamos. Las medidas del PP están diseñadas con la - ahora ya sí- confesa intención de joder. Andrea Fabra  tradujo el discurso del presidente al lenguaje coloquial. Y lo entendimos. En su versión Rajoy nos dijo: "Hoy he venido con ganas de joder a los parados, a los funcionarios, a las personas que cuidan dependientes... Hoy me sale de la mayoría absoluta meteros un IVA del calibre 21 por donde mejor os quepa." ¡Gracias, mujer, por ayudarnos a comprender con claridad!
            Sí, ella es de casta de bandidos notables. Y soberbios. Caballeros y damas que aprendieron el arte de saquear las arcas públicas en las más que conocidas zahúrdas de   Gürtel o Brugal.
            Papi está imputado en cinco delitos por tráfico de influencia, cohecho y fraude fiscal. O sea, un barón levantino del PP en estado puro. En libertad bajo fianza de  4.200.000 €. ¡Que se joda!
            Mami está imputada por delitos similares. En libertad bajo fianza de 800.000 €. ¡Que se joda!
            Papi dilapidó los fondos de las arcas públicas de Castellón construyendo un aeropuerto inútil con el sueño megalómano de que sirviera de hospedaje a una estatua faraónica que deje a la posteridad el recuerdo de un cacique del siglo XXI. Y a ese aeropuerto inútil no llegan aviones. ¡Que se jodan los aviones!
            ¡Que se joda Castellón, que ha de pagar 56 millones de € en los próximos años por su participación en el proyecto!
            ¡Que se joda el aeropuerto, que se ha quedado con  25 metros de una estatua de papi inacabada! Total, ¿qué utilidad podría darle la Diputación a los 300.000 €- quizá 500.000- que se han dilapidado?
            Andrea, el ojito derecho de papá,  estaba predestinada a seguir la saga familiar en la presidencia de la Diputación de Castellón, que deben considerar hereditaria. Quizá tenía ya el boceto de su estatua, junto a la de papi.  Cuando Hacienda y la justicia consideraron que Andrea Fabra debía ser investigada por su más que posible vinculación con los delitos familiares, el amiguito Camps le garantizó un retiro como aforada hasta que amaine la tormenta. Primero la refugió en el Senado; luego, la colocó como número dos en las listas de candidatos al Parlamento del PP.
            ¡Que se joda la Diputación de Castellón! Se ha quedado sin una presidenta de larga trayectoria familiar.
            ¡Que se joda el PP! Estos vástagos de los viejos caciques no siempre resultan controlables. En ocasiones se les ven las vergüenzas, los resabios franquistas. Les rebosa la soberbia ante los débiles. Ante los jefes necesitan manifestar la adhesión de forma llamativa, porque saben que no tienen otros méritos que el apellido familiar. Por eso rugen y confunden el Parlamento con un congreso del partido.
            Y a veces, como esta apasionada "quesejodedora", arrastran como un fardo pesado la previsible complicidad en la trama oscura de las fortunas que se labran en la trastienda del poder, en la corrupción, en el fraude al pueblo soberano, en los créditos millonarios y ventajosos que les conceden las Cajas arruinadas del PP .  ¡Que se joda el pueblo!
            ¡¡¡ Hijadefabra !!!

Esta vez el crimen fue en el Parlamento


(12-07-2012)
"El crimen fue en Granada", escribió el maestro Machado en su elegía a Federico García Lorca, asesinado un julio ya lejano. Ayer, once de julio se ha consumado un crimen semejante, con luz y taquígrafos, en el Parlamento, el inviolable reducto, se supone, de la democracia española. No se nos vio caminar entre fusiles, pero el veneno ideológico que destilan las decisiones del gobierno debilita al estado, empozoña la convivencia, empobrece a los más débiles, desvirtúa la Constitución del 78, destruye cada avance social que habíamos conseguido con el esfuerzo colectivo.
He oído cada palabra del discurso, cada mentira cuidadosamente- esta vez sí- enhebrada por el presidente menos digno de confianza que haya tenido nunca la democracia española, cada disculpa meliflua y falsa, mientras la bancada de la gaviota aplaudía con indominable regocijo cada disparo contra la sociedad indefensa . Sus cómplices han saqueado el estado hasta dejarlo exhausto. Ahora ellos saquean directamente a los más débiles.
He esperado inútilmente alguna referencia  a la persecución del fraude, a la economía sumergida, a ese tercio invisible de nuestro producto interior bruto; alguna alusión a  esos canallas que han provocado la ruina que sufrimos con la connivencia de todos los gobiernos. Entre 65.000 y 90.000 millones anuales que Hacienda no recauda. Seríamos un país ejemplar, con las cuentas en orden, sin necesidad de recurrir a los usureros que nos están arrastrando a la miseria.
Esperé inútilmente una alusión a las Sicavs, a las grandes fortunas, a los paraísos fiscales, a las tasas sobre transferencias bancarias, a la responsabilidad económica con sus propios bienes de quienes han saqueado las instituciones financieras...
No fue posible. De nuevo el blanco preferido de la derecha, el objetivo predilecto en su empeño de desmontar el Estado, fue la función pública. Luego, ya, privatizará  cualquier servicio público. Su cómplice, el capitalismo español , tan clientelar, tan miserable, espera ansiosamente su ocasión.
A un lado de los funcionarios, ante el pelotón de fusilamiento, los parados, desprestigiados por alusiones viscosas, envenenadas, de diseño. Están parados porque quieren. Abundan los empleos, florecen en las esquinas, pero este pueblo acomodado en el lujo del paro merece una lección. Quitémosle la protección. Así no tendrá otro remedio que aceptar los salarios de hambre que la reforma laboral ha diseñado; la indignidad de una esclavitud enmascarada.
Y al otro lado, codo con codo ante las balas criminales, cayendo acribillados, quienes se ocupan de la atención de las personas dependientes. Rajoy y sus cómplices reducirán sus salarios miserables en un 15%. ¡Maldito quien diseña semejante indignidad! Los desalmados que aplaudían merecen cumplir esa exigente función durante el resto de su vida. Y con ese salario. Aprenderían a valorarla.
También esperé en vano la reacción del jefe de la oposición. Sólo escuché palabras calculadas, discurso vacuo, sin vigor, sin pasión, sin compromiso. Ofreció de nuevo un gran pacto. ¿Con quienes diseñan el desmantelamiento del Estado? ¿Con quienes se ceban sobre los más desfavorecidos? ¿Con quienes esquilman a los funcionarios, a los parados, a los de empleo peor remunerado? ¿Con quienes premian a los defraudadores y suben los impuestos indirectos de forma irracional en el peor momento de la economía? ¿Qué pacto pudiera no ser un pacto criminal?
Rubalcaba es prisionero de guerra,  rehén amordazado. Y él sabrá por qué. No cabe duda, es el peor gobierno y es la peor oposición que se recuerdan. Honroso empate. Mientras, España rescatada se va a pique.
Fuera del Parlamento, mientras nos fusilaban y la bancada popular aplaudía con embeleso cada disparo, el nuevo orden masacraba a los mineros de la marcha negra.

Si yo fuera de izquierdas


(11-07-2012)
            Si yo fuera de izquierdas, del partido de izquierdas que es alternativa de gobierno – cada vez menos- en España, y si fuera consciente de las razones que dieron lugar al nacimiento de los partidos de izquierda en Europa, estaría sinceramente preocupado. Antepondría a cualquier otra cuestión un profundo análisis de las razones por las que, difuminados en la oposición, sin tener arte ni parte en la demolición del estado que está llevando a cabo el Partido Popular, se ha perdido un diez por ciento de intención de voto en apenas  seis meses. Bastante más que el partido del gobierno, el diseñador de las mayores indignidades contra los ciudadanos que se han llevado a cabo en democracia.
            Si yo fuera de izquierdas, del partido de izquierdas sin cuyo concurso no habría sido posible el mayor grado de calidad de vida, de servicios, de igualdad efectiva ante la ley que haya conocido este país en su ya larga historia, me estaría preguntando, con angustia justificada, cómo es posible recuperar la confianza ciudadana. La angustia tendría dos padres; de una parte, las consecuencias para el propio partido, que corre el riesgo de  convertirse en un partido testimonial, sin capacidad transformadora; de otra, las consecuencias para la propia sociedad.
            Si yo fuera de izquierdas y se me permitiera hacer propuestas, propondría como punto de partida responder a una pregunta.
            ¿Qué debe ser un partido político de izquierdas del siglo XXI?
            Y propondría una línea de trabajo. Un partido con aspiraciones de poder debe cuidar especialmente la comunicación permanente y receptiva con los ciudadanos. Y el compromiso honesto de convertir las preocupaciones y las propuestas de los ciudadanos en el núcleo de su propio programa. Los partidos creen tener una visión de la realidad más objetiva, tendiendo a considerar a la ciudadanía como tutelados con escasas luces. ¡Menuda falacia! Eso creen los asesores-publicitarios. Y la democracia, en su manifestación  actual, pierde adeptos cada día. Hay que oírlos: ¡No nos representan! Si no es una forma de vertebrar las esperanzas de las personas, un partido no es nada.  O la democracia es participativa o no lo es. En la derecha, la integración, la fidelidad de voto, responde a otros parámetros  más irracionales. La democracia para el votante de derechas es sólo un medio, pero para el votante de izquierdas es un fin en si misma.
            Si yo fuera de izquierdas y se me permitiera hacer propuestas, propondría que un partido de izquierdas necesitado de recuperar credibilidad, persiguiera cualquier manifestación de corrupción en su seno con contundencia y prontitud, sin permitir ninguna “especie” protegida, por muy alto que sea su escalafón. Ninguna persona que haya incumplido la obligación de ser honrada en la gestión de los recursos públicos merece protección alguna. Contundencia y prontitud podrían bastar, por ahora.
            Si yo fuera de izquierdas y se me permitiera hacer propuestas, cambiaría la línea de oposición mañana mismo. No cabe el más mínimo pacto con el partido que gobierna, porque no gobierna en realidad. Secunda los dictados de la derecha económica europea, desprecia la constitución, ataca de forma programada a las capas económicamente más débiles y está desmontando la España solidaria que nos dimos. Ninguna pretendida unidad española frente a la crisis cambiará la situación. No hay ninguna razón que justifique la agresividad del capitalismo especulativo que se ceba en nuestra deuda, salvo la desmedida ambición de garantizarse intereses elevadísimos durante muchos años. La respuesta debe darla el BCE y ello no será posible mientras la derecha europea lo controle. La derecha  no ha sido nunca europeísta en el sentido amplio. Y muchos menos, solidaria. Fue partidaria de la supresión de las fronteras por razones económicas. Ahora las considera necesarias.
            Porque si la oposición no cambia, la ciudadanía podría pensar, como afirma el Partido Popular, que las medidas que se aplican son las únicas posibles. ¡Sabemos que no! Y si Rubalcaba es rehén de su pasado reciente, de las medidas del gobierno Zapatero que tan costosa factura han provocado, si arrastra mala conciencia porque se siente coautor de la letra de esa canción de la legislatura, cuyo título es “la herencia recibida”, debe marcharse a casa, declararse amortizado, dar paso a quienes entienden que el futuro está reclamando valentía, compromiso, y recuperar los ideales de la izquierda que hemos ido abandonando en este apresurado viaje  de retorno al siglo XIX.
            Si yo fuera de izquierdas me sentiría avergonzado por el congreso del Partido Socialista en Andalucía. Quizá propusiera que sus actas fueran destruidas. Mientras la España de los más necesitados sufre ataques a diario, mientras crece la desesperanza entre los que carecen de trabajo y de futuro, mientras se desmontan a conciencia los servicios públicos, mientras se premia a los delincuentes fiscales con una amnistía vergonzante, mientras se suben indiscriminadamente los impuestos indirectos para financiar el bandidaje de la banca, de este Congreso sólo trasciende la lucha cainita para capturar o retener algún retal miserable del antiguo poder,  la seguridad de una nómina política, el patronazgo suficiente para garantizarse la fidelidad clientelar de los decuriones sin oficio.
            ¿Algún rastro de que una vez esto fue un partido de izquierdas?  Discursos de encargo con palabras vacías de contenido, gastadas por el uso abusivo, sin pasión, sin convencimiento, sin credibilidad.
            Y mientras el pueblo, confuso, contempla entre sus manos  la fuerza inútil de su voto, incapaz de comprender por qué habrá perdido su capacidad transformadora. Y un día, quién sabe, puede que la confusión se torne cólera y que cualquier visionario oportunista convierta la fuerza transformadora de ese voto en fuerza destructiva. La desesperación produce frutos sorprendentes.

El IVA que Rajoy no subiría


(10-07-2012)
Se ha perpetrado. Y el ministro Montoro nos castiga, además, con un discurso admonitorio. No descansan en su afán de hacernos creer que somos los ciudadanos de a pie los causantes de la crisis.
Nos explica el ministro de Hacienda que hay que subir el IVA por dos razones de grandísimo peso. La primera, porque mucha gente tiene por costumbre no pagarlo. ¿Qué esperaría Montoro? Su gobierno ha establecido por decreto premios cuantiosos para los defraudadores, barra libre, beneficios fiscales, opacidad absoluta para quienes practican el bandidaje contra los servicios del estado, que son los derechos de todos. Si no estuviera claro que entraría en conflicto con su voluntad de amnistiar al delincuente fiscal, quizá convendría recordarle que el Estado tiene instrumentos para perseguir a los defraudadores. Y que es precisamente eso lo que andamos reclamando.
La segunda razón, porque el IVA en España es más bajo que en muchos países europeos. Puede ser cierto, pero ¿es ahora el momento oportuno para atentar contra la escasa capacidad de consumo interior que nos va quedando...? ¿Es esta una medida de gobierno...?
¡No! ¡Desde luego que no! Cumple con los requisitos de Europa para el rescate financiero. Y todos van en la misma dirección. Impuestos indirectos, recortes en los servicios del Estado, recortes en la protección de los desempleados, recortes en sanidad, esquilmación de los funcionarios públicos... Pronto, recortes en las pensiones, porque es una de las pocas promesas de Rajoy  que aun no ha traicionado.
¿Alguien duda de que se lleva a cabo ante nuestros ojos un calculado golpe de estado? ¿Alguien duda de que caminamos hacia el pasado a la velocidad de la luz?
Y otras preguntas  que no esperan respuestas ¿Hay una oposición en ese Parlamento...? ¿Aun cree Rubalcaba que hay que calmar a los mercados? ¿Piensa Rubalcaba que alguien podría calmar la orgía desenfrenada de los tiburones cuando atacan a un banco de sardinas? ¿Alguien tendrá alguna vez la valentía de expresar con entereza que no es obligación de los estados calmar al capitalismo, sino regular sus desafueros? ¿Alguien tendrá la valentía de plantear - para perderla, desde luego- la moción de censura que anda pidiendo a gritos el gobierno de Rajoy?
Perderla es obligado, pero es necesario decirle a la nación que hay otras formas de afrontar la crisis. Hay que desalojar a ese partido del gobierno en cuanto sea posible, o no dejará ni el recuerdo de la España que hemos construido poco a poco desde la transición. No gobiernan, desmontan con denuedo la España que nos dimos, con un convencimiento envenenado, la igualdad efectiva ante la ley es una teoría inútil y costosa, por tanto inaplicable.

Pensamiento único


(8-07-2012)
            Daniel Bell,  sociólogo americano, profesor universitario encuadrado en un grupo de intelectuales de izquierda, publicó en 1960 "El fin de la ideología". Aseguraba que en Occidente había triunfado el capitalismo que acabaría atrapando con su mano de hierro  los sistemas políticos y económicos e imponiendo el pensamiento único: aceptaría la implantación de la democracia partidista, la teórica igualdad ante la ley para la ciudadanía; a cambio exigiría que aceptáramos las desigualdades económicas y la economía de mercado.
            No estaba escrito, pero hemos comprobado que faltaba una apostilla. En caso de conflicto entre la democracia – las constituciones que establecen derechos y deberes- y los mercados, la primacía la tendrían los mercados. Lo estamos comprobando.
            Y en cuanto a la muerte de las ideologías, parece confirmada. Cuando la insoportable e injusta situación económica atenaza a las capas de seres humanos más desfavorecidas de la sociedad, cuando la corrupción y la ambición irresponsable ha hundido el sistema financiero de muchos países, cuando la corrupción política y judicial alcanza cotas hasta ahora desconocidas, la izquierda sociológica ha invocado a Keynes, un pensador capitalista.
            La derecha política y económica- lo cual parece redundante-, la muñidora de la crisis en beneficio de sus intereses, ha reído a mandíbula batiente. Ellos tenían el libro de historia económica abierta por los albores del siglo XIX. Ahí nos llevan. David Ricardo los guía. ¡Y nosotros, que los creíamos iletrados! Sí, han establecido que “el salario ha de ser el estrictamente necesario que permita al obrero subsistir y reproducirse”. Cualquier otra concesión, por ejemplo en derechos o en servicios públicos, es un gasto superfluo. Cuando la oferta de mano de obra es mayor que la demanda hay que aprovechar la circunstancia. Ahí nos querían y ahí nos tienen ya.
            Y si quedan residuos ideológicos en las leyes que han surgido en tiempos en que la izquierda dominó los parlamentos, los gobiernos cómplices, la derecha europea los va borrando sin descanso. Se cierra el círculo del crimen. Se genera, enarbolando el miedo, la necesaria conciencia de esclavos voluntarios. Las bodegas modernas de los barcos esclavistas, las oficinas del paro, rebosan de candidatos resignados.
            Si ellos han vuelto al siglo XIX, quizá nosotros deberíamos seguir su estela; quizá deberíamos desempolvar a Carlos Marx de los estantes y empezar por nacionalizar la banca. Barklays, manipulando los intereses y provocando daños cuantiosos a sus clientes con el beneplácito o el asesoramiento del Banco de Inglaterra, el regulador que debe velar por la integridad y la legalidad del sistema en nombre  de los ciudadanos, sería una justificación extraordinaria, por citar la más próxima. La lista de los crímenes bancarios –casi siempre, impunes- alcanza para llenar la biblioteca de Alejandría.

El último bastión


(5-07-2012)
El 23 de febrero de 1981, en plena sesión de investidura como Jefe de Gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo, el Parlamento español fue tomado por las armas. El gobierno en pleno y todos los representantes electos del pueblo se convirtieron en rehenes de un sector del franquismo incapaz de asumir que la soberanía reside en la nación y no en generales corruptos y embrutecidos por el ejercicio del poder dictatorial.
Aquel día supimos de la existencia de los Secretarios de Estado. Con prontitud se organizó un gobierno provisional integrado por todas las personas que ostentaban dicho cargo con la intención manifiesta de mantener la legalidad vigente y defender la organización política que el pueblo había elegido. Fue estimulante saber que la democracia, demasiado joven todavía, había desarrollado recursos suficientes para afrontar una situación de extraordinaria gravedad. Desconozco hasta qué punto la resistencia civil de los Secretarios de Estado colaboró en el desmontaje de la intentona fascista reverdecida en los patios cuarteleros, pero considero que el "gobierno Laína" - el más corto de la historia de España, porque sólo ejerció catorce horas-  fue determinante en el mantenimiento del actual ordenamiento constitucional.
Hoy viene a cuento hacer memoria de aquellos acontecimientos. La Organización Profesional de Inspectores de Hacienda se niega a aplicar las recomendaciones del ministro Montoro para dulcificar las condiciones de a amnistía fiscal que han solicitado los delincuentes defraudadores. Aplicarán la Ley.
Ahora también estamos soportando un golpe de estado, lento, permanente, urdido con descarnada habilidad de cirujano. Si no se puede devaluar la moneda, devaluamos los derechos, devaluamos el Estado, devaluamos la Constitución, devaluamos la Ley. Un capitalismo insaciable, irracional y delictivo campa a sus anchas por España y por Europa, con el beneplácito de gobiernos cómplices.
Y el último bastión defensivo es la propia sociedad civil. En demasiadas ocasiones en los últimos meses el último bastión, aunque no sea su función específica, lo representan los funcionarios públicos, perseguidos, laminados, desprestigiados y empobrecidos.
Conocemos la ley. La aplicamos. Llegado el caso, obligamos a los demás a observar su cumplimiento. Incluso, a los ministros que la desprecian.
Hoy los Inspectores de Hacienda se han negado a conculcar un principio fundamental de la democracia, la igualdad efectiva ante la ley.
Buscaré en la alacena una botella de cava olvidada de la última nochevieja. Sé que hay una por ahí. La meteré en el congelador el tiempo necesario y brindaré por ellos, en silencio, con un brillo de esperanza en la mirada. Porque este país vale bastante más que todos sus gobiernos. Porque la sociedad civil encontrará la manera de recuperar para nuestros hijos lo que nos están arrebatando. Porque sólo tienen el poder que queramos otorgarles.

La derecha más indigna que hayamos conocido en democracia


(4-07-2012)
Hoy es noticia. Los grandes evasores de capital de este país consideran inaceptable la amnistía fiscal pagando un diez por ciento de las cantidades evadidas. Les parece escasamente ventajoso. Y Hacienda, don Cristóbal Montoro, sin pestañear acepta el chantaje  y la indignidad que nos reporta.
En resumen, los grandes evasores de larga duración podrán lavar su delito por un mísero uno por ciento en la mayoría de los casos, con la garantía añadida de que nadie fiscalizará sus cuentas. No obstante, muchos de ellos deberían estar en la cárcel, si Hacienda y la Justicia actuarán con la debida diligencia.
Cuadrar las cuentas es la justificación moral suficiente para el señor ministro. Lograr por el procedimiento de la amnistía dos mil quinientos millones de euros, lo que tenían previsto. Si cuadrar las cuentas es la justificación moral para cualquier cosa, lo peor no ha llegado todavía. España reconoce oficialmente, desde el propio gobierno, su condición de República Bananera. Son las mafias - en este caso, las del dinero- las que establecen las reglas del juego.
No es que esté en entredicho uno de los principios fundamentales de la democracia, la igualdad efectiva ante la ley. Sencillamente se conculca, se ignora, se violenta desde el propio gobierno de la nación. Un caso más. Y, al parecer, sin consecuencias.
¿Hay una oposición en ese Parlamento? O reacciona ante esta tropelía o es muy posible que una buena parte de la ciudadanía dé la espalda a las urnas en las subsiguientes convocatorias porque llegaremos a la muy plausible conclusión de que los partidos no nos representan, y esta democracia  no será creíble en poco tiempo.
¡Y queda claramente demostrado! ¡Quien pueda permitírselo, a defraudar que son dos días! Resulta infinitamente más ventajoso que cumplir con la ley. Mientras, a los profesores de la Enseñanza Pública de Andalucía -Decreto Ley 1/2012- nos han arrebatado de por vida, y alevosamente, las pagas extraordinarias. Seguramente hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Les habremos creado infinidad de problemas a los bandidos de la Banca. Es justo que paguemos el rescate.

¡Vaya por Dios...!


(4-07-2012)
Camina ya hacia el siglo con paso desconfiado, porque sabe que la muerte debe rondar sus pasos  emboscada detrás de cada año cumplido.
No fue nunca a la escuela, pero no es iletrado. En las noches de invierno de las dehesas extremeñas él entretenía a los gañanes analfabetos leyéndoles imposibles historias de  interminables novelones por entregas a la luz de un carburo.
Desde que tuvo algún uso de razón, en medio de la indefensa infancia, trabajó para comer.
Apenas cumplió los diecisiete se fue voluntario para sustituir a un hermano mayor, caído en combate mientras defendía a la República de la sublevación fascista. Fue herido, hecho prisionero, depurado en campos de concentración, castigado a servicios extraordinarios a la patria durante cinco interminables años en los Regulares de África, y luego entregado en carne viva a la España del hambre y la autarquía.
Sobrevivió, fundó familia, aceptó la esclavitud de la dehesa, la defensa del coto de los amos, el jergón de paja, el pan de quince días, y crió a sus hijos con entrega ejemplar y sacrificio. Mientras redescubrió las leyes de Mendel y logró que sus cabras de paridera trajeran trillizos en cada uno de sus partos; que sus gallinas, todas, pusieran huevos de dos yemas; que los melones de su huerto tuvieran, sin excepción, la dulzura del almíbar; que sus injertos produjeran frutas desconocidas , jugosas, dulcísimas, de extraños coloridos.
El día de san Miguel de cada año, día de renovar contrato con el amo, tembloroso y con la camisa limpia, reñía, sin  convencimiento alguno, su pan y su sueldo miserable  con el terrateniente que lo consideraba, más que persona, pertenencia. No había ni sindicato ni convenio que le ofreciera protección. Y en consecuencia lo explotaron de sol a sol según los usos de la época en la que le tocó vivir. Le recordaban su pasado en el ejército rojo y la generosidad del vencedor que le ofrecía un salario. Y él se volvía al cortijo, silencioso, cabizbajo, de nuevo derrotado en esa otra  guerra interminable que solía ser la vida para el pobre.
Se jubiló en su día. Se le vio feliz con los primeros gobiernos socialistas. Sacó a la luz su militancia olvidada y herrumbrosa por el óxido del miedo. La democracia que defendió en su día había llegado, por fin. No negaré que su vejez consciente ha sido más dichosa que su vida útil. Luego perdió a su esposa, el oído, la vista, la memoria, las ganas de palique. Se fue encerrando poco a poco en algún huerto perdido en su interior donde cultiva injertos de recuerdos entremezclados que, a veces, producen  frutos que confunden la razón de su familia.
En un momento de lucidez me preguntó quién había ganado las últimas elecciones generales. “La derecha” – le dije. Guardó silencio un largo rato, la mejilla apoyada en la mano viejísima, pero aun poderosa. Pensé que habría perdido el interés en la conversación. Luego musitó  ¡“Vaya por dios”!
Todo un discurso.
Presentía que él, con su pensión miserable que no alcanza los seiscientos euros mensuales, acabaría prestando dinero al gobierno de derechas para enjugar la locura de Bankia, por ejemplo.
Porque está sucediendo. Cada vez que acude a la farmacia.
Lamentaría, si lo supiera, no haber ido a votar. Los viejos  imposibilitados no deberían faltar nunca a su cita con el colegio electoral, porque nosotros no hemos aprendido a defenderlos. O hemos olvidado esa obligación humanitaria.

Orgullo íntimo, inevitable, quizá justificado


(3-07-2012)
Es tiempo de despedidas en los Centros Públicos de Enseñanza, ... ¡Despedidas! Ley de vida, y cada una tiene su discurso.
Uno de los más emocionantes que he escuchado fue muy breve." Gracias - vino a decirnos a todos los presentes, compañeros y compañeras de claustro, - por este curso inolvidable. He encontrado un centro abierto, receptivo, donde se ha respetado mi independencia, y a la vez se me ha ofrecido un proyecto colectivo adaptable, flexible, racional al que no me ha costado incorporarme".
¿Y cómo podría ser de otra manera? En este oficio, que muchos ni entienden ni valoran, la rigidez formal, el exceso de normativa que pretende regular cada paso que damos, empobrece, lesiona, coarta el proceso creativo cotidiano, y eso es un tesoro individual que generosamente el profesorado aporta al rendimiento colectivo. Un centro no se diseña en el Boletín del Estado, aunque es uno de los objetivos imposibles más perseguidos por los responsables políticos. O no han estado nunca en ninguno, o hace ya tanto tiempo que huyeron de las aulas que han olvidado el espíritu fundamental que flota entre sus muros. La virtud verdadera de un Centro público es encauzar el agua nutricia de las capacidades, innumerables, de su profesorado. Y si no lo consigue, todo lo demás es letra muerta.
Mil veces reflexiono sobre este oficio. Mil veces me siento orgulloso de ejercerlo. Mil veces dudo sobre la legitimidad de dicho orgullo. ¡Hoy no! Hoy una sonrisa plena me ha ocupado la cara leyendo la prensa con el primer café de la mañana. Metroscopia ha elaborado una encuesta sobre una amplia muestra de  personas en España. La pregunta es simple.
"¿Aprueba o desaprueba la forma en que las siguientes instituciones, grupos sociales o figuras públicas están desempeñando sus funciones?"
En puestos de medalla: Oro: la medicina pública, según el 93% de los encuestados. La ciencia española logra la plata en opinión del 90% de los encuestados; y el bronce, según el 88% de las personas encuestadas, los profesores de la enseñanza pública. ¡Toma ya!
El último lugar, con el 9% de los encuestados, los partidos políticos. A poca distancia, los bancos, el Parlamento, los obispos...
En democracia, el pueblo es dios. Oídlo.
Lo que queda de democracia, fundamentalmente la vinculación del ciudadano con los servicios del Estado, lo estamos defendiendo desde la función pública. No los partidos.
Os toca mover ficha, idiotas.
No es la economía. ¡Es la política entendida como vertebración de las aspiraciones de la ciudadanía! Sin nosotros no tenéis sentido ni justificación.

¿Habrá algún límite moral para este gobierno...?


(2-07-2012)
Ha trascendido - casi nada escapa al control de los medios- que una propuesta de expediente de regulación de empleo , ERE según las siglas al uso, presentada por el PSOE ante el Ministerio de Trabajo , ha sido remitido con todo lujo de detalles desde el correo de la ministra Fátima Báñez , al menos,  a un medio de comunicación afín  al PP.
Este procedimiento está cuidadosamente regulado por las disposiciones legales. Sólo se puede dar cuenta de los detalles a las partes interesadas, porque en el documento aparecen datos personales de las personas afectadas y porque la difusión pública puede dar lugar a indefensión legal en infinidad de aspectos.
No parece importarle mucho las disposiciones legales a la ministra. Una buena mayoría absoluta debe dar mucho juego en cuestiones morales cuando se trata de incumplimiento de la ley por parte de quien debiera ser su defensora más fiel. ¿Qué más da...? Se trata del principal partido de la oposición. ¡Todo vale para laminarlo, si es posible!
No tienen hábitos de gobierno. Es evidente. No tienen preparación técnica suficiente. Es también evidente. No tienen respeto por la ciudadanía. Quien no haya descubierto todavía esto necesita, al menos, un perro lazarillo porque está ciego. Tampoco tienen respeto a las leyes. ¿Dónde estará el límite moral para esta gente...?
No saben vivir en democracia.
Sólo espero que esta actuación no quede impune una vez más. La inmoralidad que se asume sin rubor es un vestido andrajoso sobre la dignidad de los pueblos.

El nombre adecuado era Mercado Común


(24-06-2012)
Hubo un tiempo en que las cosas iban bien. El capitalismo era jauja. Cayó el muro de Berlín y el estado del bienestar, apoyado en las democracias estables, se encomendaba a la cornucopia de la abundancia. ¡Jauja! La Europa del norte, rica y práctica,  decidió llevar a cabo un segundo ciclo de colonialismo sin salir del continente. Fuera fronteras. Libre circulación para nuestros excedentes industriales y nuestro dinero. El sur indefenso tocó a rebato de alegría. Por fin somos Europa. Y el capital europeo nos llenó las costas de campos de golf, de segundas residencias y de hoteles. Trabajamos para su beneficio con salarios más bajos que la media europea, les dimos facilidades en forma de exenciones tributarias como muestra de nuestro sincero agradecimiento, declaramos este país un inmenso solar para facilitar las cosas, aceptamos la moneda única y entregamos una porción importante de nuestra soberanía.¡ Jauja! Puede que creyéramos que era posible atar al perro con longanizas. Éramos Europa. En su conjunto el mayor productor de riqueza de la tierra. En su conjunto , el mejor lugar del mundo para vivir. En su conjunto, el conglomerado de naciones donde mayor grado de respeto a los derechos humanos se produce. En su conjunto, la zona de la tierra donde las desigualdades económicas se han venido paliando con mayor grado de igualdad efectiva ante la ley. Pero Unión Europea es solo un nombre, un concepto que habrá que redefinir para que a nadie engañe.
Porque luego, ya lo sabéis, llegó la crisis. Y de pronto cobraron su vigencia las fronteras. Se supone que hay un convencimiento de que la salida es colectiva o no será. Pero parece que la Europa rica ha programado una salida selectiva. Dejemos que el miserable sur se hunda irremediablemente. Luego los eficaces, los saludables, los ordenados europeos del norte arreglaremos nuestra casa, cuando hayamos desahuciado a los mendigos del portal. Ya les dimos sus años de bonanza. Que hubieran aprovechado su oportunidad. Eran pobres, quisieron vivir como si fueran ricos, pero sabrán vivir de nuevo como pobres. Toda su vida fueron pobres. Recuperarán los hábitos de la pobreza fácilmente. Y aprenderán la lección.
Las metrópolis, como siempre, abandonan sus colonias cuando los beneficios brillan por su ausencia. Una vez más lo han hecho. Y aun quieren darnos lecciones morales.