(4-06-2012)
En
ocasiones, llevado sin duda por la desesperación que nos provoca la ausencia de
lógica en el comportamiento humano, doy en pensar que la crisis que atenaza a
Europa es artificial y mantenida por razones que se me escapan. Sí sé que
las medidas que se aplican no son técnicas. Son ideológicas y marcadamente
fundamentadas en intereses nacionalistas e ideológicos.
Soy
lego en economía, pero no me falta información. Y, afortunadamente, soy capaz
de relacionar datos y sacar conclusiones.
Miro
números y datos. Soy propenso al exabrupto. Valga como justificación mi
infancia de gañanes y cabreros sin escuela. Los números y los datos sólo me
arrancan exabruptos, expresiones soeces, maldiciones a quienes gestionan
nuestras vidas de forma tan lamentable.
¿Qué
datos se amontonan en mi memoria?
Europa: 500 millones de ciudadanos, de nivel cultural
medio-alto, entre los que predomina la clase media, con razonable nivel de
consumo, facilidad de acceso a la cultura y a las comunicaciones, alejada ya ,
en su mayoría, de ideologías extremas, democrática, civilizada, que vive el más
largo periodo de paz y de integración de toda nuestra historia colectiva.
Producto
interior bruto: 15.000.000.000.000 de euros. Sí. ¡Billones! El mayor de la
tierra, si lo consideramos en su conjunto. Un tercio mayor que el de los
Estados Unidos, si necesitamos referencia. La Unión Europea es el mayor
productor de riqueza del mundo.
Calidad
de vida: Equiparable a los países con mayor calidad de la tierra: además
de los propios países europeos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, y
quizá, Japón. Pero Japón es un hormiguero humano con infinidad de fragilidades;
el 80% de los europeos tendríamos allí problemas de adaptación. ¿Me preguntáis
por los EE.UU.? Es el país de los contrastes. Acumula el 80% de las grandes
fortunas, con un nivel ilimitado de acceso al bienestar y, también, 80 millones
de personas marginales, en el umbral de la pobreza, a los que el estado
casi no protege. Nunca sería mi opción como país para vivir allí. El
liberalismo radical me asquea.
Servicios
públicos: los mejores del mundo, considerados en su conjunto, aunque aún haya
contrastes notables. Tengamos paciencia; algunos países se han incorporado a la
Unión hace poco tiempo, y venían de una situación diametralmente opuesta.
Igualdad
efectiva ante la ley y respeto a los derechos humanos. Uno de los mayores
niveles del mundo.
Situación
actual:
Lamentable,
al borde de la quiebra y del hundimiento del proyecto colectivo, lo que
es causa de regocijo controlado en otras economías regionales. Se alegran
por nuestra pérdida de competitividad, pero lamentan nuestra quiebra como
clientes. No hay alegría completa.
Causas:
1.-Unión
incompleta; la moneda común no implica la actuación solidaria del órgano
regulador, el BCE.
Evidencia:
Presta al 1% a quienes especulan contra los estados nacionales, la Banca
Europea, necesitada de recuperar sus pérdidas en la crisis financiera generada
por las hipotecas “sub prime” o la burbuja inmobiliaria. Esta
especulación se traslada a unos intereses superiores al 6% en ocasiones contra
la deuda de los estados nacionales.
¿Hay
solución? Evidentemente, los Eurobonos, serían una medida razonable.
¿Por
qué no se afrontan de modo racional?
En
principio parece que no interesa a Alemania, cuya deuda es barata, exporta, y
saca beneficios de la actual situación. Tampoco, a otros países ricos que aún
no están soportando la crisis en toda su dureza.
2,.Ausencia
de unidad fiscal y política, con medidas comunes, eficaces, solidarias y
administración equilibrada de los recursos.
Inconveniente
principal: el nacionalismo, sin lugar a dudas.
¿Es
Alemania la causa principal? Eso percibimos. Pero sería injusto olvidarse
de que la socialdemocracia alemana ha estado inicialmente en el núcleo
original de la Unión. Es verdad que Merkel es una mala copia del canciller Otto
von Bismark, que transparenta su nacionalismo y su falta de solidaridad con el
resto de la Unión. Gestiona Europa con los mismos criterios que un ama de casa
gestionaría la economía familiar. Pero nadie la ha elegido presidenta de
Europa. Y, a todas luces, camina contra corriente, como si no tuviera noticias
de las consecuencias del liberalismo y del control del déficit como único
procedimiento en las crisis del 29. Ella aprovecha el vacío de diseño de
la Unión Europea para defender los interese de sus votantes y sus socios.
¿Hay
esperanzas? Sí. Merkel se queda sola. Incluso Cameron, el conservador que
dirige el gobierno británico, clama ya por la unión fiscal y política. Y es muy
significativo. El Reino Unido no es un socio fiable. Se ha reservado
cuotas de independencia sospechosa en el tema de la moneda única y en el
de la unidad fiscal. Es lógico, el mayor foco de las transacciones financieras
de Europa es Londres. Pero parece dispuesto a entregar esa cuota de
independencia. El Reino Unido está en recesión desde hace meses.
Lacra:
25 millones de parados. El 30%, menores de 30 años. No han podido asentar su
proyecto vital. Bien formados, capacitados, potencialmente muy productivos; se
ha invertido dinero en su formación. Serían los sustitutos naturales de las
capas medias que acaben su vida laboral. Un capital humano devaluado.
Remedio
posible: apuesta decidida. El 3,5% del PBI administrado por un organismo
autónomo, interestatal, con el objetivo del pleno empleo, coordinando planes
regionales.
Inversiones:
Energías renovables, actividades medioambientales, mejoras de las
comunicaciones, infraestructuras públicas, agricultura sostenible, acuicultura,
nuevas tecnologías, biotecnología, economía solidaria con las zonas mundiales
donde la hambruna asesina seres humanos…
Consecuencias:
Liderazgo
mundial justificado; eliminación de una buena parte de los costes de la crisis;
eliminación inmediata de los riesgos indudables que corre la democracia en
determinadas regiones; recuperación económica de la zona euro.
Y,
a medio plazo, liderar - lo contrario de los que ahora se hace- el control de
la especulación que se basa en las diferencias abismales de derechos laborales
en diferentes regiones del mundo. La defensa de nuestro modelo de vida y de
nuestra organización social y ciudadana; su extensión a otras regiones del
mundo, porque somos la referencia en derechos y libertades.
¿O
no? Ya han invertido más del doble en la recuperación del sistema
bancario, pero no mejoramos.
Es
cierto; soy un lego. Pero los hábiles gestores nos llevan a la ruina. Da
pena ver sus comparecencias públicas. Aunque uno los repudie ideológicamente,
casi dan ganas de animarlos con una palmada en el hombro. “¡No te preocupes,
hombre, Mariano! Ya mejorará la situación. No desesperes…” Ahora resulta que
era Europa.
Nada
de preguntarle por aquellas aseveraciones, tan rotundas como falsas, de que la
crisis se iría como humo por la chimenea en cuanto España tuviera un gobierno
como dios manda. O dios no nos ha mandado este gobierno, o esta crisis hunde
sus raíces en otro territorio. Pero, mejor no preguntar. No sea que le
provoquemos problemas de conciencia o de dignidad, dimita y convoque elecciones
anticipadas. Porque entonces sí que nos rematan los mercados ¡Menudo revuelo en
el corral!
No hay comentarios:
Publicar un comentario