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lunes, 1 de octubre de 2012

¿Qué celebraba este tipo en Nueva York?


       La imagen de Rajoy paseando por Nueva York fumando un habano plácidamente ha dado varias vueltas al mundo. Contrasta su placidez con la tensión que en ese momento se vivía en España en los alrededores del Congreso. Rajoy es un fugitivo por genética. Se lo demanda el epitálamo, ese cerebro reptiliano que nos acompaña desde la noche de los tiempos y  que hace prevalecer los impulsos primarios y la supervivencia sobre las obligaciones morales y la ética. Huye de la responsabilidad de forma compulsiva. Y cuando se ve abocado a dar la cara, miente.
            Conocía los planes del Ministerio del Interior y de la Delegación del Gobierno en la Comunidad de Madrid para atajar la riada de indignación que solicitaba la dimisión de su gobierno y la convocatoria de elecciones por incumplimiento manifiesto de los compromisos electorales. Estuvo en la urdimbre seguramente. Y prefirió la distancia, como suele ser habitual.
            Ya no engaña a nadie. Lo han calado. Un tercio de quienes confiaron en las promesas falsas del Partido Popular en las elecciones generales hoy no lo votarían  de ninguna manera. Afortunadamente.
            La prensa internacional, incluyendo la muy conservadora y liberal prensa económica de habla inglesa, lo despelleja sin piedad. Financial Times le ha dedicado un editorial demoledor muy recientemente. No dice otra cosa que lo que ya sabemos y denuncia cada día la mayoría ”no silenciosa”. Lo tilda de individuo “oportunista sin sentido de la oportunidad”, es decir, un “listillo” que actúa con una torpeza lastimosa, un tahúr aficionado que ni siquiera ha aprendido a barajar. Dice de él que es alguien que gobierna por decreto, sin dar explicaciones ni al Parlamento ni a los ciudadanos. Lo califica, igualmente, de presidente de gobierno que gobierna por intereses partidistas, sin atender a las necesidades de la nación. 
      En fin, todo un dechado de cualidades imprescindibles para sacarnos del atolladero que nos quita el resuello.
            Otros medios denuncian su cinismo que llega a desesperar a los socios europeos, cuando presenta ante el país el rescate como un triunfo político de su gobierno y oculta ante la opinión pública las medidas impuestas por Europa negando, incluso, su existencia. 
    Un prestigioso periódico alemán le ha otorgado varias veces el título deshonroso de “pinocho del día”, con el que distingue a los políticos más mentirosos de Europa.
            O sea, que lo han calado. Y nos han calado. No sólo somos pobres, perezosos, incapaces de cumplir nuestros compromisos. Encima, tenemos un gobierno de pacotilla, al que le hemos otorgado mayoría absoluta. 
            Como para que nos baje la prima de riesgo.
            Así que no sé qué celebraba este tipo en Nueva York.
         ¿Quizá que los últimos datos sobre el nivel de pobreza infantil en España  se han agravado  y que ya  es un problema estructural del que la población afectada tardará en salir, si es que sale? Uno de cada cuatro escolares españoles está ya por debajo del umbral de la pobreza. Muchos de ellos sólo hacen una comida decente al día, la que le proporcionan los comedores escolares, cuando pueden pagarla. Cualquier observador imparcial y desapasionado os dirá que esta situación priva a buena parte de la población escolar de un derecho básico: la igualdad de oportunidades. Se incrementará el fracaso y el abandono escolar; exactamente lo contrario de los que predica el ministro Wert de su reforma.
            ¿Puede que estuviera celebrando que la inflación- el precio de la cesta de la compra de una familia media-, ese enemigo declarado de Alemania y del BCE, se ha disparado en España desde finales de Agosto, agravando la situación de los más desfavorecidos? Casi un uno por ciento se han encarecido nuestros precios durante el mes de septiembre. En eso somos los mejores de Europa. Si la escalada de los precios sigue esa tendencia, unida a la profunda recesión económica que atenaza al país, somos un enfermo terminal. Nos queda escaso recorrido.
            ¿Celebraba que el aumento del IVA ha producido un daño colateral de cinco mil millones de euros en lo que el Estado ha de pagar por las pensiones en los próximos dos años? ¿Recaudará suficiente con ese aumento irracional del impuesto indirecto para afrontar ese gasto ? ¿Recaudará lo suficiente para contrarrestar la disminución del consumo privado?
           ¿Estaría fumándose ese puro a la salud del presidente de la Organización Internacional del Trabajo que tilda las políticas de recortes y la destrucción de puestos de trabajo en España como un suicidio colectivo?
            Algo debería estar celebrando, desde luego. Pero yo no veo motivos para celebración alguna.
            Honestamente lo pregunto, incluso a quienes celebraron alborozados la victoria del Partido Popular en las elecciones generales de noviembre ¿Han hecho algo que este país les pueda agradecer? 
             En conciencia, ¿alguien lo cree? Porque yo creo que nos están arruinando y nos dejan sin futuro.
            

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