Dice Paul Krugman que, si Obama gana las inminentes
elecciones a la presidencia en Estados Unidos, la cobertura sanitaria se
ampliará espectacularmente, subirán los impuestos que paga la gente más rica y
el capitalismo especulativo que rige las finanzas será sometido a una
regularización más estricta.
Por el contrario, si gana Mitt Romney, la cobertura
sanitaria se reducirá hasta casi desaparecer, los impuestos que pagan los más
ricos bajarán a niveles de hace ochenta años y el capitalismo financiero tendrá
las manos libres para campar a sus anchas.
Uno no puede entender el casi empate técnico que señalan
las encuestas. Aunque a ninguna persona racional de clase media pudiera caberle
en la cabeza la más mínima duda al respecto del programa que debiera apoyar con
su papeleta, incluso podría ganar Romney.
En fin, por más que los resultados de esas elecciones
afectarán a nuestras vidas en todos los rincones del planeta, nosotros no
podemos elegir. Elegirán los norteamericanos. Ellos decidirán y todos los demás
asumiremos consecuencias.
No va de sus elecciones
esta página. Aunque son las elecciones en Estados Unidos el ámbito de la
reflexión.
Para llevar adelante su reforma sanitaria, asunto sin terminar
por la fiera oposición del partido republicano en el Senado, Obama se propuso imitar
el sistema sanitario público español, una referencia mundial, sin lugar a dudas;
un modelo universal y humanitario, respetuoso con principios establecidos por la
Declaración de los Derechos Humanos. Si gana y el equilibrio partidista del Senado
se lo permite, intentará asimilar el sistema sanitario público estadounidense al
español.
Pero, al español de hace algún tiempo. Al de mañana, ¡no!.
El sistema sanitario español de mañana sería un modelo magnífico para Romney. Estará
en manos privadas, porque el Partido Popular ha decidido que nuestra enfermedad,
nuestra indefensión frente a los problemas de salud, sea también una oportunidad
de negocio para el capitalismo oportunista.
Castilla-La Mancha, Extremadura, La Rioja, Castilla y
León, Baleares y Galicia también privatizarán la gestión hospitalaria. La sanidad
pública española es un terreno conquistado que está repartiendo el vencedor a sus aliados en esta
guerra sorda contra el Estado.
En la mayor parte de esas comunidades, el Partido Popular
gobierna solo. Suya es la responsabilidad ante el futuro. En Extremadura, sin embargo,
este expolio a la sanidad pública es posible por la implícita complicidad de Izquierda
Unida. Tendrán que explicarnos algún día las causas de esta complicidad, de este abandono de sus raíces ideológicas para cobrarse sepa dios qué facturas personales.
Esta aceleración del proceso privatizador de la Sanidad Pública en todas las Comunidades gobernadas por el PP, tiene una lectura tenebrosa. Deben cumplir cuanto antes con los compromisos adquiridos con sus cómplices históricos, los que llevan buscando medrar en los Servicios Públicos desde la transición.Esta aceleración generalizada pudiera responder a la seguridad de que no tendrán otra legislatura para llevar a cabo los destrozos en el tejido del Estado. Así que se podría concluir que el rescate está próximo y las condiciones deben ser tan insoportables que han debido calcular que les costará la mayoría en las siguientes elecciones generales.En cuanto a las posibilidades de recuperar los servicios expropiados al Estado, yo no guardo la más mínima esperanza.Lo dejarán todo tan bien asentado en convenios leoninos,con compensaciones inmorales y tan prohibitivas, que recuperarlos será empresa imposible.
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