Así tilda
ABC de Sevilla el plante de la consejera de Economía y Hacienda del gobierno
andaluz al ministro de Hacienda, el ínclito Montoro.
Al leer el titular,
conociendo los hechos, uno casi esperaba que la deslealtad intolerable
denunciada fuera la del ministro con su tierra. O mejor, con su función de
gobernar. Pero el gobierno del partido Popular no gobierna. Aplica criterios
partidistas de forma interesada aunque eso perjudique a la ciudadanía.
Resumiendo
los hechos, el gobierno del partido Popular diseña unos criterios de ajuste a
las Comunidades que permiten, por ejemplo a la Comunidad Valenciana, que acaba
de pedir el rescate al gobierno, tras años de gestión económica lamentable,
cuando no delictiva, endeudarse - pedir créditos en el mercado- hasta un 22% de
su PIB. Más que a nadie, cuando es la que mayor déficit presenta.
Andalucía, cuyo hundimiento económico
predice interesadamente el ministro Montoro desde bastante antes de las
elecciones autonómicas por razones obviamente partidistas, y a la que fue
aprobado no hace mucho su proyecto de reducción del déficit, se encuentra ahora
sorprendentemente con que la norma rediseñada por Montoro sólo le permite
endeudarse hasta un 13% de su PIB.
3.000 millones menos de lo que inicialmente Hacienda le aprobó.
3.000 millones menos de lo que inicialmente Hacienda le aprobó.
¿Por qué?-
se pregunta la consejera y nos preguntamos nosotros.
No hay duda.
Si el gobierno andaluz tenía algún margen de maniobra para no aplicar las
políticas antisociales del PP, en asuntos como la Educación, la Sanidad, la
atención a la dependencia, o las medidas excluyentes de los extranjeros de la
atención sanitaria, Montoro - el Partido Popular- acaba de cercenarlas. El
gobierno no permitirá que alguna Comunidad incontrolada demuestre , a pesar de
todo, que otras políticas son posibles.
La soberanía
nacional prácticamente está entregada al FMI y a la Europa rica. Y sin contrapartidas. Somos, de hecho, territorio colonizado, presto a la explotación inhumana que nos condenará a una miseria duradera. Sería
contradictorio permitir un atisbo de soberanía en ningún territorio del
país.
Ni el PP ni Montoro nos gobiernan. Sencillamente cumplen con la función que las fuerzas ocupantes le han encomendado.
Como todo lo demás, el Estado Autonómico agoniza en manos de este gobierno
ejecutor, sin sentido de Estado, sin respeto por la constitución, sin dignidad y sin oficio.
Deslealtad intolerable, sí. La del partido Popular con los ciudadanos. Especialmente, con aquellos que le otorgaron su voto. Las ranas escogieron como rey de la charca a la culebra.
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