Que el Partido Popular ha
utilizado prácticas ilegales y, aún más, delictivas, en su financiación desde
hace muchos años no es ni objeto de discusión. En muchas comunidades donde
ejerce gobierno innumerables altos cargos del Partido están en la antesala de
los juzgados, o sentados directamente en el banquillo de los acusados. Hay
tantas evidencias, tantos datos, tantas pruebas, tantos testigos que resulta
inútil el esfuerzo del partido por negarlo o las amenazas a quien ose remover
este asunto. En algún caso sus esfuerzos dieron resultados. Preguntemos al juez
Garzón, apartado de la carrera judicial por poner demasiado empeño en husmear
las madrigueras del caso "Gürtel".
Ya parece caso perdido. Bárcenas y su
fortuna viajera no recibirán sordina. El escándalo es monumental. La
indignación también, aunque buena parte de ella resulta simulada.
El caso Bárcenas añade, eso sí, gravedad
insólita. Siempre pensé que las piezas del engranaje que cobraban en B eran
piezas auxiliares, las que se jugaban la dignidad y el prestigio realizando los
trabajos sucios del Partido, las piezas sacrificables en momentos de peligro,
los que cargan con las culpas y limpian la hoja de servicios de los dirigentes
cargando con el oprobio de los comportamientos indignos como cosa propia, a
cambio del olvido rápido y una jubilación envidiable con la fortuna personal
acrecentada.
El enriquecimiento personal de estos
individuos es el plus de peligrosidad. Y, claro, el dinero sucio no tributa.
¿Cómo iban a declarar a Hacienda las mordidas suculentas, el porcentaje del
delito que corresponde al mediador?
Craso error por mi parte. Hay parece
fuera de toda duda que la Caja B ha funcionado en el Partido Popular durante
buena parte de su historia para todos la altos cargos del partido de forma
proporcional a la importancia de sus funciones. Diez mil euros al mes para las
funciones más destacadas. Tres mil, al menos, para las de menor importancia,
incluyendo periodos en los que el PP ha ejercido funciones de gobierno.
Lisa y llanamente, los altos cargos del Partido se han lucrado con dinero
de procedencia ilegal y han defraudado a Hacienda. Así lo confirma hoy en El País un ex parlamentario popular que firma
con su nombre y apellidos.
A nadie con responsabilidad en el
partido le consta. No se niega taxativamente. Sencillamente, no hay constancia.
Cospedal se compromete a revisar las cuentas todas las veces que haga falta
buscando comportamientos delictivos en los libros de cuentas.
Demostrará que el Partido Popular es un partido limpio, sin nada que
ocultar ¿Somos idiotas? Es evidente que las cantidades de procedencia ilegal y
los pagos en B los apuntan los partidos en sus libros oficiales.
¡Se llama contabilidad oculta por algo,
María de los múltiples dolores de las Mancha!
La furia privatizadora del partido,
desde esta perspectiva novedosa, pierde fuerza ideológica y cobra
dimensiones de negocio, función recaudadora. Esas cantidades mensuales suponen
un presupuesto anual muy elevado de dinero negro, una necesidad imperiosa de
recaudación. No hace falta justificación ideológica alguna. Son números que
cuadrar y muchos cómplices a los que dar satisfacción. El ejercicio de la
política como negocio mafioso y lucrativo. La tapadera perfecta para una
organización de delincuentes; porque es delito cada una de estas prácticas
denunciadas. Y, sobre todo, es lamentable. Es un atentado en toda regla contra
el sistema democrático perpetrado desde el interior por infiltrados sin
dignidad y sin respeto alguno por las reglas del juego.
Después de esto, ¿qué autoridad moral
le cabe a este partido para solicitarnos sacrificios al resto de los ciudadanos,
tras haber defraudado a Hacienda de forma sistemática y de utilizar el poder
como instrumento para el enriquecimiento personal burlando cualquier ley y
cualquier principio moral?
Me gustaría saberlo
En realidad, me gustaría que el Gobierno
dimitiese mañana. Hay en Europa algún presidente de gobierno que ha dimitido
porque descubrieron que plagió algunas páginas de su tesis doctoral. Me
gustaría, también, que la cúpula directiva del Partido Popular dimitiera media
hora después, pidiera disculpas inútiles como el rey cazador y encargara a los
militantes honestos - los hay en todos los partidos- la elección de un equipo
de gobierno limpio y con vocación de servicio a la nación.
¡En fin! ¡Cosas mías!
Una cuestión me tiene confundido ¿Qué
oscuro proyecto se esconde tras la carnaza que El Mundo ha puesto a nuestro
alcance? No pensaréis que El Mundo, como aquel Saulo, que devino en Pablo, el
apóstol culto que sabía Griego, se ha caído de un caballo y como consecuencia
de un golpe en la cabeza ha visto la luz de forma repentina. A ese libelo le
interesa la honestidad tanto como a mí la mineralogía. Nació con el objetivo de
manipular para desalojar al PSOE de sus posiciones dominantes en la sociedad.
No ha dejado de manipular desde entonces. Ahora manipula, como siempre.
Podéis estar seguros de que hay un
proyecto en marcha. De gran calado, sin lugar a dudas porque la apuesta es
fuerte. Y si El Mundo juega en la partida, el objetivo será empeorar lo que tenemos.
La única base ideológica de la derecha es el egoísmo, el todo para mí. Siempre lo ha sido. Así que no se eche las manos a la cabeza una sociedad que sabía dónde se metía cuando los ha votado en varias ocasiones. Ahora bien, me parece tan injusto y estúpido meter a todos los políticos en el mismo saco, como habitualmente se hace, como decir que todos los profesores son unos vagos o todos los vascos unos terroristas.
ResponderEliminar