Sitiado, como toda la cúpula histórica de su partido, por
las declaraciones de Bárcenas ante el juez y por las propias evidencias, el
presidente del gobierno, como un conejo acosado por el huronero furtivo,
desapareció misteriosamente y se fabricó una muralla de silencio. Lo fió todo a su estrategia predilecta, la
huida y dejar que pase el tiempo. Hacerse el muerto, según lo han calificado algunas plumas
aceradas de la política.
Pues eso, se hizo el muerto. Pero se
permitió un mensaje a los cómplices europeos y a las hienas usureras que se
alimentan de nuestra ruina. El gabinete de Prensa de Moncloa remitió una foto de estudio a los medios de
comunicación en la que el presidente del gobierno da un plácido paseo por los
jardines del palacio presidencial rodeado por la sonrisa benévola del gran capital
español.
“No pasa nada. Ellos, el sostén de la patria,
están conmigo”, -venía a decir Rajoy al resto del mundo. “Los que me ayudaron a
conseguir el poder con dádivas generosas, aún me apoyan”.
En el
texto que acompañaba a la foto, el gran capital español aseguraba que “este gobierno
debe mantenerse, porque aún quedan reformas importantes pendientes de
desarrollar y es el camino que nos sacará de la situación indeseada que
padecemos”.
O sea,
que Rajoy tiene la bendición de los patronos.
¿Cómo no? En su columna del domingo en El País, Concha
Caballero se hacía eco de una situación histórica. Por primera vez en este país
las rentas empresariales superaban a las rentas del trabajo. Para entendernos,
el dinero percibido por el conjunto de los empresarios es superior al dinero
percibido por todos los trabajadores del país. ¡Y en plena crisis! “¿Qué crisis…?”,
dirán ellos. Este dato no hace sino
confirmar definitivamente la fractura social. Casi todos debemos ser
infinitamente más pobres y desasistidos para que una minoría sea cada vez más
rica. Es el objetivo verdadero. Mientras nuestros salarios disminuyen, mientras
se privatizan o se empobrecen los
servicios públicos, mientras se abandona a su suerte – a su pronta muerte- a
una gran parte de las personas dependientes, mientras se niega asistencia
sanitaria a personas por razón de su orientación sexual o de su opción de vida –embarazo
asistido-, las rentas del capital ,
proporcionalmente, crecen. La reforma laboral ya da sus frutos, los frutos pretendidos.
La crisis no está siendo sino la
ocasión propicia del gran capital, el especulativo, el que alimenta la cleptocracia
que nos gobierna, para sacar beneficios escandalosos y modificar los costes de producción
a nuestras expensas.
La
mayoría parlamentaria, siguiendo los dictados de la cúpula, protegió los
temores de Rajoy a comparecer ante la opinión pública y hurtó al Parlamento que
lo invistió la posibilidad de recibir las explicaciones imprescindibles del
presidente del gobierno sobre quien recae una acusación tan grave que en cualquier
democracia verdadera supondría, probablemente, su inhabilitación. Y la
oposición, laminada durante toda esta legislatura demencial y autoritaria, ha
debido recurrir al instrumento de las ocasiones excepcionales, a la amenaza de una
moción de censura. Para perderla, desde luego. Pero esa situación excepcional
permitiría a la oposición, sin cortapisas, hacer valoraciones en el Parlamento,
pronunciar discursos agresivos, hacer denuncias que permanecen en el limbo de
los discursos inoportunos o inútiles. Ruido mediático. También, inquietud entre
los socios,-cómplices-, europeos.
No
sucederá. Hoy Rajoy se ha comprometido en la rueda de prensa obligada que sigue
a las reuniones con otros jefes de gobierno, el de Rumanía en este caso, a
comparecer ante el Parlamento para dar su versión sobre el asunto Bárcenas. No
ha mencionada fecha, ni procedimiento, pero ya hay un compromiso público.
¿Qué
hurón lo habrá hecho salir de la madriguera? Puede que haya sido la conjunción
de varios hurones.
De una
parte, quizá la exigencia privada de algunos pesos pesados del propio Partido
Popular. Hay dirigentes autonómicos que sufrirán en sus carnes el deterioro de
la marca de la gaviota y solicitan claridad, cuanto antes. De otra parte,
aunque han manifestado suficiencia ante la posibilidad de la moción de censura,
puede que esta amenaza haya surtido efecto. Creo que, sobre todo, ha pesado la
opinión editorial de los grandes medios europeos; en cierto modo, la opinión de sus gobiernos. Ninguna opinión pública europea
puede entender la negativa de Rajoy a comparecer ante el Parlamento tras ser
objeto de tan graves acusaciones. Así que puede que haya existido alguna
recomendación al respecto.
Pero, si es cierto lo que ha trascendido, hay una cuestión de fondo, una decisión política que ya está tomada y de gran
calado en nuestras vidas que entrará en vigor en agosto, el mes en que se hacen públicas las decisiones venenosas según la tradición. Para entonces resultaría imprescindible haber puesto algún parche a la cuestión de las acusaciones de
Bárcenas. Esa habría sido, en mi opinión, la razón principal de este cambio de actitud del
presidente de gobierno que tiene aversión al Parlamento.
Hay evidencias, -las empresas ya
lo conocen y avisan a clientes de grandes cuentas para que adelanten los
pedidos-, de que en Agosto prácticamente desaparecerá el IVA reducido y de que el
tipo general subirá al 23%.
Si se cumple, el
silencio cómplice de Europa y las fotos del jardín de la Moncloa nos costarán el
2% de nuestros salarios. Esa es la reforma fiscal de la derecha. La subida de
los impuestos indirectos, la asfixia del consumo interno; más paro, más
recesión, más miseria sobre nuestras vidas, para que una minoría insignificante
sea cada vez más rica.
Luego,
en otoño, se ofrecerá a los mercados como garantía del cobro de sus intereses abusivos, la
reforma de las pensiones, el saqueo y el sacrificio también de la población más
indefensa.
¿Liberales…?
¡¡Saqueadores!!
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