Lo dije recientemente, por
otro motivo, pero es una verdad que tiene infinitas aplicaciones. La historia
lo ha demostrado, incluso la Historia Natural. Todos los seres monstruosos
llevan dentro la semilla de su propia autodestrucción. Y la Troika es uno de
esos seres incompatibles con las leyes de la lógica, la lógica social y la
lógica económica.
Los socios de conveniencia, la Europa Merkeliana,
El Banco Central Europeo, tan condicionado en sus actuaciones por el criterio
alemán, y el Fondo Monetario Internacional se culpan ahora mutuamente del
fracaso estrepitoso en el rescate de los países y las destructivas medidas que
se establecieron para los mismos, imponiéndose a los Parlamentos Nacionales
bajo la amenaza de permitir el hundimiento económico.
Media Europa ha soportado, y seguirá
soportando, sus injustas e inútiles medidas colonizadoras.
Pero hay muertos, cadáveres económicos
que ya no reportan beneficios. Grecia, es un muerto que provoca sonrojo. Y hay
otros países que agonizan en las salas de urgencia de la economía europea,
mientras los socios ricos debaten la parte del botín que les corresponde,
cuando se consume el saqueo.
Las toneladas de papel impreso, teorías
económicas de encargo para justificar sus políticas interesadas, son ya papel
mojado. La realidad lo demuestra cada día. Las explicaciones de los esbirros al
servicio de las teorías ultraliberales, aunque estuvieran emboscados en las
cátedras inaccesibles de Universidades de prestigio, o en los Consejos
Rectores de organismos de contrastada solvencia intelectual,
resultaron fallidas, falsas, ideológicas, envenenadas por intenciones
estratégicas.
Teorías interesadas con un único
objetivo en Europa, colonizar las economías más frágiles. Para ello se ató
corto al Banco Central Europeo, impidiéndole de hecho activar sus propios
recursos a tiempo para contrarrestar los ataques especulativos contra las
necesidades de financiación de los países. Luego, todo ha sido una cascada de
acontecimientos programados a favor del capital y en contra de los pueblos.
Esta hermandad criminal ha trabajado a
conciencia para precarizar el empleo, para rebajar los salarios, para recortar
los derechos sociales de los pueblos, para minimizar el papel del Estado en su
función de defensor de los propios ciudadanos y de equilibrador de las
diferencias mediante los servicios públicos.
Los países del Sur estamos listos para
la invasión definitiva. España, especialmente, porque un gobierno cómplice, le
allanó los caminos. Como añadido, en nuestro caso, Wert les facilitó dejar a
este pueblo desarmado. Selección temprana de la mano de obra menos cualificada
y que mejor aguantará su explotación; limitación de plazas públicas, umbrales
económicos y reducción de becas para el acceso a las enseñanzas superiores y
universitarias, selección económica, de hecho, para acceder a las titulaciones
superiores. Este gobierno indigno enmascara sus intenciones bajo una buena
palabra, la excelencia; pero no se trata de la excelencia académica, sino de la
excelencia de la cuenta bancaria. La Universidad dejará pronto de estar
sostenida con fondos públicos. Sus enseñanzas solo estarán al alcance de
quienes puedan pagarlas. Modelo FAES, modelo USA, modelo Partido Popular.
Así, sin acceso a la formación, los
hijos de esta sociedad desarrollada, cualificada, con una economía
razonablemente fuerte, tendrán que aceptar los empleos precarios, malpagados,
renunciando a muchos de los derechos conquistados por sus padres o por sus
abuelos, con contratos fuera de la ley porque pretenden alejar las relaciones
laborales de la supervisión judicial, y con escasas cotizaciones sociales que
difícilmente les garantizarán una pensión digna alguna vez.
Cospedal ha anunciado una inminente
campaña "pedagógica" a favor de esta ley de Educación que persigue la
excelencia y la superación de las lacras educativas de este país de
analfabetos. Intenta contrarrestar la demagogia de quienes se oponen a esta ley
por intereses exclusivamente ideológicos o personales, en su interesada
opinión. Bien hecho. La manipulación y la mentira es la estrategia más granada
de esta mujer cínica y privada de conciencia social; no podía faltar en este
caso.
Esta hermandad criminal, la Troika, ha
trabajado a conciencia para profundizar la brecha entre ricos y pobres,
personas o países. Ha hecho un buen trabajo.
Pero sabemos que preparan un divorcio
agresivo. Hay cadáveres, países destruidos y otros al borde de la sima. En voz
baja, el coro de cómplices que ahondaron nuestra ruina reconoce que las medidas
aplicadas no se diseñaron para la recuperación de los países con problemas sino
para garantizar el beneficio de los países ricos. Mil veces lo hemos dicho.
Nuestras dificultades garantizaban la rentabilidad elevada de sus ahorros.
Ahora empiezan a reconocerlo en círculos privados.
El divorcio se origina en desavenencias
profundas en el reparto de las culpas. No hay acuerdo sobre quién equivocó la dosis
de veneno.
La verdad, no me importa demasiado.
Fueron ellos, cogidos de la mano, cómplices, sonrientes, seguros de sí mismos,
soberbios, despreciativos de las voces críticas, desplegando sus múltiples
poderes para imponernos un programa inhumano.
La Troika ha recetado la recesión
duradera en Europa; la pérdida de millones de puesto de trabajo; el
empobrecimiento de los Estados, el hambre de los escolares en los países del
Sur; el desbordamiento de los bancos de alimento; la pérdida de infinidad de
derechos históricos de los pueblos de Europa; la pobreza, la ruina, la
humillación, el desahucio de infinidad de hombres y mujeres dignos; el
deterioro de los sistemas democráticos más consolidados de la tierra; el
desgobierno de algunos países de la Unión Europea; el resurgir de los fascismos
y de otros monstruos de nuestra historia que creíamos olvidados; la amenaza de
violencia social en algunas regiones del Continente.
Un éxito extraordinario.
Una minoría de millonarios han visto crecer sus inversiones de forma repentina.
He ahí el último objetivo de esta sociedad de criminales. Logrado, sin
duda.
No habrá agua en el mundo para lavar
sus culpas. Este divorcio no arreglará nuestros problemas. Queda Merkel, la
auténtica adalid de los recortes.
En los últimos estertores de su
convivencia, La Troika se ceba nuevamente con el pueblo griego. Grecia debe
cerrar siete hospitales públicos, por imposición de estos desalmados. Y diez
mil trabajadores públicos deben ser despedidos. Sus sueldos son la garantía de
que Grecia abonará los intereses a los socios ricos. Si yo decidiera por todo
el pueblo griego, mañana Grecia abandonaría el euro. Suspendería inmediatamente
los pagos de esa deuda abusiva y pondría todo mi empeño en recuperar los derechos
de mi pueblo. Mañana, si de mí dependiera, los escolares griegos no tendrían
que husmear en los cubos de basura, como perros abandonados, para pagar con su
hambre los intereses establecidos por esta hermandad de criminales.
Pero este divorcio que se anuncia
tampoco reparará los daños humanos que resultan seguramente irreparables. La
única posibilidad de reparación que nos queda es la reparación moral. Que los
artífices de este crimen contra los derechos de los pueblos acaben algún
día ante los tribunales competentes, como acaban los criminales de
guerra.
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