Reconozco mi confusión. Ya no soy
capaz de calificar a Cospedal. ¿Cínica y calculadora? ¿Irreflexiva e
imprudente? ¿Absolutamente descerebrada como consecuencia de su ambición sin
límites...? ¿ Tan soberbia que cree que su capacidad de manipulación no tiene
límites y que la gente es idiota...?
La
verdad es que no sabría decirlo. Me inclino por considerar que lo suyo es
una mezcla explosiva de imprudencia, ambición, torpeza, desprecio a la
ciudadanía en general y soberbia injustificada, si la soberbia necesita
sustentarse en méritos de algún tipo. Hay un calificativo que sí me parece de
aplicación sin duda alguna; es una persona detestable por su discurso y por las
medidas políticas que aplica en su Comunidad.
Califica de
nazismo puro ese recurso desesperado, el denominado "escrache", de los
afectados por la hipoteca y sube algunos grados mi confusión ¿Es una maniobra
calculada, consecuencia de la estrategia del partido de descalificación de los
movimientos ciudadanos...? ¿Un impulso repentino...?
No
conviene a Cospedal recordarnos los procedimientos del nazismo para llegar al
poder. Manipularon, engañaron a una buena parte de la ciudadanía - recordemos
que se autodenominaban Partido Nacional SOCIALISTA, que esquemáticamente la
esvástica guarda un cierto parecido estructural con la hoz y el martillo que la
Revolución Rusa exportó como imagen , y que se atribuyeron el rojo, el color de los revolucionarios, como uno de sus colores , antes de que Hugo Boss padre les diseñara aquellos temibles uniformes- no sea que nos dé por comparar con el
procedimiento mendaz de su campaña electoral, en la que la propia Cospedal
definió una y otra vez al Partido Popular como el partido de los trabajadores.
Cierto que el "¡que se jodan!" de Fabra vino luego.
Podríamos comparar también los procedimientos manipuladores del Ministerio de
Propaganda Nazi con la actuación del Partido Popular en Radiotelevisión
Española y en las televisiones autonómicas que el partido controla. La
manipulación informativa es desvergonzada y la presión y persecución a los
profesionales independientes o claramente alineados con otras opciones
políticas está siendo denunciada constantemente y con pruebas irrefutables.
Podría darnos por sacar conclusiones de lo que va aflorando - una
insignificante muestra de las toneladas de basura que aún aflorarán- sobre la
financiación delictiva , presunta desde luego, de su partido por parte de las
grandes empresas que lograban contratos del Estado. Algo de eso hay en la
historia del partido Nazi.
Y
luego está lo primordial, la igualdad ante la ley. Cospedal acaba de afirmar
que los votantes del Partido Popular sí pagan la hipoteca aunque tengan que
quedarse sin comer. O sea, que no están desahuciando a sus votantes. Por tanto,
el desahucio es una medida que afecta solo a la escoria que no vota al partido
Popular. No le cabe a Cospedal ni un reparo moral, por consiguiente. ¿Qué
necesidad hay de cambiar la ley si su aplicación no afecta a ninguno de los
nuestros? - suposición estúpida , por cierto- ¿Y los demás...? Pues, ¡que se
jodan! Son el enemigo. He ahí una política de la España democrática que
asume verdaderamente su función de gobernar para todos.
¿Recordamos que ha sido su partido el que ha dejado sin asistencia
sanitaria a los extranjeros irregulares en este país? ¿Tiramos de hemeroteca
para ver cuántas muestras de xenofobia
acumula su partido en las campañas electorales…?
Lo dicho. Cospedal es una
persona impresentable, incapaz de representar con dignidad la España
democrática que un día decidimos otorgarnos, una deformidad de las muchas que
este país produce. Es su partido el que se sirve con frecuencia de procedimientos empleados por los nazis,
en su discurso, en sus valores selectivos, en su concepción de la organización
social y en el ejercicio del poder otorgado por las urnas. Lo quieran o no lo
quieran, el partido Nazi surgió de la complicidad entre la derecha antidemocrática y el
capital, un venenoso hermanamiento que hoy se reproduce a escala europea de
forma lamentable.
No
negaré que en cada escrache hay un componente de violencia. Pero es una
violencia legítima, cuando los otros procedimientos democráticos no
surten los efectos deseados. Mire Cospedal algún libro de Historia que tenga
olvidado en algún estante de su lujosa casa. Podrá comprobar con una lectura
reposada y tranquila que la violencia es un instrumento legítimo para recuperar
la soberanía y la dignidad, cuando los demás recursos no sirven para
restablecer el equilibrio imprescindible en una convivencia injusta, la que su
partido ha venido diseñando de forma acelerada en el último año y medio. La
violencia creciente en esta sociedad maltratada tiene un origen indudable, las
políticas interesadas e injustas del partido Popular. Ahora, María de todos los
Dolores de la Mancha, toca joderse o corregir.
Y aun no se ha visto violencia verdadera. Todo se andará, si esta Europa encanallada y sus gobiernos vicarios siguen saqueando a los pueblos para garantizar el beneficio de una indecente minoría.
Y aun no se ha visto violencia verdadera. Todo se andará, si esta Europa encanallada y sus gobiernos vicarios siguen saqueando a los pueblos para garantizar el beneficio de una indecente minoría.
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