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domingo, 3 de febrero de 2013

Papeles apócrifos

  Era imprescindible una estrategia. Y sólo había una posible para minimizar las consecuencias de los papeles, presuntamente generados por Bárcenas durante sus muchos años de gestión de las cuentas del Partido Popular: la negación tajante. 
  Pero esa negación tajante, por boca del presidente de gobierno y del Partido Popular, sólo se ha producido cuando Bárcenas ha desmentido la autoría de dichas notas y la veracidad de las mismas en la prensa.
  Daría una paga extraordinaria, si no me la hubieran expropiado, por haber asistido a las presuntas negociaciones previas.
   Con el compromiso - presunto, por supuesto-, de Bárcenas bajo el brazo, Rajoy lo niega todo. Estrategia, al fin, que se despliega en los términos que todos, creo, esperábamos. Y lo esperábamos, porque ya Cospedal la aventuraba en una comparecencia previa al calificar los papeles como de origen y autor desconocido.
  Rajoy se compromete a hacer públicas sus declaraciones de Hacienda. Podía ahorrarse esas molestias. A mí, particularmente, ese gesto no me ahorra suspicacias ni dudas acerca de la honestidad de la cúpula del Partido Popular. Sólo faltaba que un presunto implicado en una trama de dinero procedente de la corrupción se comportara como manifiestamente imbécil, declarando a Hacienda las cantidades recibidas de la contabilidad  B, inexistente por definición, de su propio partido.
   Definitivamente, en la valoración oficial del Partido Popular son papeles sin valor alguno, aunque buena parte de los militantes y de los cargos intermedios tengan justificadas dudas acerca de la honestidad de la zona noble de la calle Génova. 
   Bárcenas niega su autoría, a pesar de la coincidencia plena de la letra de los consabidos apuntes y  la de una carta personal de su puño y letra , analizada por dos equipos de científicos grafólogos. 
   Y Rajoy los califica de "papeles apócrifos".
    Apócrifo es un neologismo impresionante. Y no sólo porque es esdrújula y porque procede de una lengua revestida de prestigio indeleble. Griego puro, πόκρυφος. Pocos términos se conocen con más capacidad disuasoria. No es un adjetivo; es un axioma. Y no se debe a la naturaleza inocente de la propia palabra. Se debe al microclima en que desarrolló su prestigio indudable. Es un término apadrinado por la Iglesia para descalificar escritos - evangelios- sobre la vida de Jesús de Nazaret que contradecían su doctrina oficial. Apócrifo descalifica como pocas palabras en el diccionario. Hoy viene a significar, referido a escritos o a obras de arte, que no son obra del autor atribuido. ¡Bien aplicado por Rajoy! El tesorero del Partido no escribió esas notas manuscritas.
    Ciertamente Rajoy no miente. No miente ni aunque pretendiera hacerlo. 
   Porque apócrifo, antes de significar lo que hoy significa, en su etimología original significa oculto, lo que no es visible, lo procedente del interior de la caverna. 
   De una u otra manera, Rajoy no miente. En uno u otro sentido, son "papeles apócrifos". O de autor desconocido, u ocultos, escondidos, procedentes del interior de la caverna; mejor, de las alcantarillas por donde fluye la podredumbre que corroe los cimientos de  nuestro sistema democrático.
   Quizá sea el momento de una depuración general en el sistema maloliente, antes de que los miasmas lleven al coma irreversible a este país. Si es así, en buena hora afloran esas apócrifas miserias contables. 
   La segunda parte de la estrategia defensiva no puedo atribuirla al Partido Popular. La he detectado en medios paniaguados, surgida en alguno de los peones menores del poder, subvencionados por supuesto y que constan ocasionalmente en la contabilidad apócrifa, cuya finalidad es la manipulación de las cabezas menos amuebladas. Puede ser un encargo, o servilismo puro. Pero, tiene el tufo de un "thriller" de serie B, con un guión de urgencia y escasamente trabajado. Vienen a establecer que esta historia ficticia está bien orquestada por poderes ocultos. Se trataría de  una conjura internacional -Obama, Merkel- contra el Cid Campeador del Sur de Europa, un Mariano que se niega en redondo a solicitar el rescate en toda regla, a pesar de las presiones internacionales. No sólo es inocente; es, además, un mártir inmolado en defensa de los intereses de España. Creativo, desde luego, lo es el argumento.
   O sea, la C.I.A. y algún selecto equipo de la antigua "Stasi", que Merkel reservó para ocasiones especiales, están inundando las redacciones de papeles apócrifos. ¡Bien pensado!
   Creo que falta alguna pieza en este guión apresurado. Les daré una idea por si las subvenciones no les permiten tener en nómina gente verdaderamente imaginativa: el Mosad. Se sabe que andan molestos porque España apoyó a Palestina ante la ONU.  ¡Ea, ahí tienen una idea coherente! ¡Que aproveche!
    Y otra idea gratuita que les ofrezco es que lean a Lorca, esos versos bíblicos y rotundos en los que las navajas brillan bajo la luz de la luna, porque Caín es una constante en la historia humana, especialmente entre quienes pelean por el poder, gente proclive a cultivar los celos, el odio, el empeño en destruir al contrincante de forma irracional, con empecinamiento duradero  y memoria  vengativa. La conjura es local, cainita, un duelo a muerte al parecer. Y en el romance lorquiano, un caballo, llevado por la querencia de su cuadra, conduce bajo la noche estrellada a su jinete muerto. Sabemos ya quién acumula las heridas más graves en esta  emboscada de callejones oscuros y sucios donde la política pendenciera suele ajustar sus cuentas pendientes.
    Y, si su capacidad de entender el lenguaje poético estuviera disminuida por la mucha servidumbre intelectual que requiere su oficio, les diré que hay quien aprende mucho de los cuentos. Blancanieves, por ejemplo, educa mucho en estrategias políticas. Tras el pacto imprescindible- pero presunto, desde luego-, entre la cúpula del partido y Bárcenas, Rajoy ha recibido una invitación intencionada, morder la manzana envenenada, demandar al antiguo tesorero. Rajoy calló en el cónclave. Tras el presunto pacto sería de mentecato denunciar a aquel  a cuyo destino se siente encadenado. Y denunciarlo, ¿por qué...? ¿Porque se ha acogido a una amnistía fiscal, ofrecida por el gobierno de Rajoy, a su medida...?
   Se me antoja que odia los espejos a los que las brujas malísimas hacen preguntas sobre su propia belleza, y sus méritos subjetivos; seguramente odiará los espejos sobre cuya impoluta superficie dejan las brujas o las madrastras malas el rastro de su aliento, una rastro de soberbia, de egolatría, de ambiciones tan cargadas de efectos retardados, vengativos, terribles. 
    Es para odiarlos, desde luego.
   
    
   

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