El domingo fui uno
de los incautos que multiplicó el eco de una broma de mal gusto por la red. Los
inventores de la broma tuvieron, al menos, un acierto descomunal en su propuesta.
En la página web de un periódico nacional se anunciaba la dimisión de Wert,
cansado de soportar presiones. Reconozco que la alegría, -y la dependencia de
un medio inadecuado para indagar en la red-, me hizo perder la necesaria
prudencia. Creí aquella cabecera de noticia en una muy bien clonada falsa
página. El gozo me dotó de una fe de carbonero. El día se iluminó. Incluso creo
que oí el campanil de la torre del pueblo repicando gozoso. Puede que
recuperara alguna ilusión de las que se pudren en la memoria esperando mejores
días. La LOMCE al carajo, me dije. Un buen momento para replantearnos la
batalla.
Es que Wert logra sacarme de quicio. Y con
razón. No debe haber en toda la trayectoria histórica de los cargos públicos
del último periodo democrático ni una sola persona peor valorada que él. Apenas
un 1,5 es la valoración que ha obtenido en la última encuesta de valoración que
se ha publicado. Él jamás obtendría una de sus becas por procedimientos
legales.
Debe haber mucha gente como yo. Si hemos
de creer a los autores de la broma, obtuvo casi cien mil visitas en el plazo de
unas horas. Un tesoro para ellos si patrocinan estas ocurrencias con anuncios.
Quizá sea el objetivo verdadero.
Wert ha seguido, no obstante, erre
que erre, en la justificación de sus desmanes, de los desmanes que Rajoy le
solicita por supuesto, y hoy nos hemos desayunado con la noticia de que los
recortes de las Becas Erasmus eran una consecuencia de las políticas europeas.
Adelantaba la prensa que el nuevo reparto de fondo para becas de intercambio
que prepara Bruselas dejará sin beca a la mitad de los universitarios españoles
que gozan de ella. O sea, que Wert solamente se adelantaba prudentemente a los
hechos anunciados por Bruselas. La noticia se difundió tras la reunión del
ministro con los responsables de Universidades de las Comunidades Autónomas;
fueron ellos los que la dieron a conocer porque Wert no atendió a
la prensa.
Europa es cínica y desalmada en muchos de
sus comportamientos. No hay duda. Pero en este caso el ministro se ha pasado
varios pueblos.
Ha faltado tiempo al portavoz de Educación
de la UE para descalificar las afirmaciones de Wert. Y han sido palabras
durísimas. Textualmente ha dicho que los argumentos de Wert para justificar sus
recortes a las becas Erasmus de los universitarios españoles, queriéndose
amparar en medidas presupuestarias europeas, son una patraña, son "una
mentira indefendible", "una basura de argumento". Ha añadido que
el ministro se equivoca si sigue por esos derroteros. Y ha aclarado que, lejos
de recortar la dotación económica para España, en la dotación para 2014 que el
ministro conoce desde principios de octubre hay un aumento de recursos que roza
el cinco por ciento. Añade Europa que la dotación establecida para los próximos
siete años se incrementará en un cuarenta por ciento.
Wert debe buscarse argumentos diferentes.
Mejor, debe dimitir y convertir la bromista ocurrencia del domingo en noticia
gozosa para este país. Ya va siendo hora de que tengamos alguna.
Afortunadamente, aunque se postula cada día como el salvador imprescindible de
esta patria malherida, ya no gobierna Aznar. A saber qué habría hecho si Europa
le espeta sin rodeos que uno de sus ministros es un mentiroso, y un manipulador
que usa argumentos basura para justificar sus tropelías. Por unas cabras
marroquíes invadió el Peñón de Perejil. Puede que, contando con el
asesoramiento de su amigo Bush, experto en invasiones justificadas, hubiera
mandado a las Compañías de Operaciones Especiales a tomar Bruselas.
Este gobierno, todos ellos se han
habituado a la mentira como procedimiento político de urgencia. Sin más
proyecto que empobrecer al Estado, salvar la banca, privatizar los servicios
públicos rentables, precarizar el empleo, y recortar de forma insoportable las
rentas del trabajo, toda su gestión precisa la envoltura de la mentira.
Puede que aquí les sirva para remontar en las encuestas, pero Europa es
muy vieja, una puta vieja que conoce el oficio y es experta en las artes del
engaño desde hace siglos. Y estos mentirosos que gobiernan, cuando intentan
involucrar a Europa en sus mentiras, son burdos, primarios, mediocres en
cualquier menester que precise inteligencia. El hazmerreír del continente,
incluso cuando se ponen servilmente a disposición de la Europa mezquina que
ahora nos domina.
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